Actualmente en México, estamos pasando por una transición económica de más de tres décadas, para pasar de un país en vías de desarrollo, emergente o como quieran llamarlo, para el poder tener una identidad propia en el mundo.
Esto no está sucediendo en un contexto económico, tecnológico y conocimiento, derivado de que la economía está basada principalmente en dar servicios al sector secundario. En este último, debería estar el mayor grosor de personas ocupadas, dentro de la población económicamente activa (PEA). El porqué, simplemente ahí es donde los negocios nacen, y son realizados en un país.
Los datos pueden ser acomodados, y sobre todo poner en un papel para demostrar algo o a alguien, un mensaje, pero no está ligado a una realidad de las personas en su vida y hogares.
En México el salario promedio nacional de la PEA, ha disminuido en las últimas dos décadas. Al realizar un análisis, por medio de deflactar, y tomando como referencia, el valor del dinero en junio de 2023, podemos afirmar que una persona en el 2000, ganaba 1,000 pesos arriba del actual[1].
Una cosa está clara, las personas no compran gasolina, y van al supermercado y cambian por comida, o llegan a su casa, y comen combustibles. Las personas tienen que alimentarse. Hoy, en las zonas urbanas y metropolitanas, una sola persona en una familia puede sustentar al hogar. La sociedad está perdiendo oportunidades del poder crecer económicamente, y con conocimiento.
Es importante que, en México vaya pensando en dejar a un lado las grandezas de sueños, no consolidados, derivados de una simulación por haber firmado un tratado económico con Estados Unidos y Canadá, debido a que solo pasamos a ser una economía agrícola a una de servicios y manufactura, pero esta última con un salario por debajo de lo esperado.
Nuestro presupuesto está basado entre ochocientos mil millones de pesos a más de un billón, a que PEMEX, recaude dentro de la ley de ingresos. Es el tiempo de dejar de construir planes ligados a una presentación, y empezar a aterrizar a la realidad de las personas, y que al fin acabo, crean el mercado de consumo. Al no tener una percepción económica que permita tener accesos a alguna mercancía, tecnología o conocimiento, este tiene que ser exportado, y solo quedará a lo que la gente pueda tener acceso. Esto en México, debe cambiar ya.
Arabia Saudita, un país en una región altamente conflictiva, entre cuestiones bélicas y comerciales. Está en una región en que el petróleo abunda, y es punto intermedio para el poder enviar a Europa, Asia y algunas regiones del continente americano. Pero este país, está presentando un problema de seguridad presupuestal en el mediano plazo, ante los cambios que podrían ocurrir en el mundo, ante un cambio del cómo utilizar a la energía primaria para ser convertida en transportadora de energía.
Este país tiene un total de población de alrededor de 37 millones de personas, y 18 millones de personas dentro de la PEA (la mitad de la población activa está empleada en el sector público, lo que supone un gasto del 45 % del presupuesto estatal), ganando un salario en promedio de alrededor de 1,100 dólares mensuales, y el PIB per cápita es de 1,950 dólares[2]. Es la economía número 19, referenciando a su Producto Interno Bruto.
Actualmente, esta economía influye al mundo. Pero dependen de los ingresos relacionados con la exportación de petróleo crudo, gas natural y petrolíferos. Estos representarán alrededor del 60 % de los ingresos presupuestarios totales del 2023 a 2024 (aunque por debajo del 90 % de hace 10 años) y el PIB petrolero representará el 30 % del PIB nominal. Por lo tanto, Arabia Saudita, necesita precios del petróleo por arriba de 80 dólares para equilibrar el presupuesto, y reducir el déficit.
El déficit del gobierno de Arabia Saudita aumentó en un 80 % desde el primer trimestre a 1.4 mil millones de dólares al segundo trimestre de 2023, debido al aumento del gasto en beneficios sociales y gastos de capital. Pero de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), espera que el PIB este alrededor del 1.9% e incremente a 2.8% para el 2024, siendo que las principales economías esperan se contraigan.
Este país, ante la creciente incertidumbre del precio del barril de crudo, y ante su alta dependencia a este, limitaría el estar en el mercado mundial en el mediano plazo, y ante este hecho ha empezado a sacar, poco a poco a los ingresos petroleros. En 2023, los ingresos del gobierno aumentaron, impulsados principalmente por mayores ingresos no petroleros, pero los recortes de petróleo y la caída de los precios ralentizan la economía de Arabia Saudita. El progreso ha sido lento y la economía sigue dependiendo en gran medida de la energía. El petróleo y productos estrechamente relacionados, como productos químicos y plásticos, representaron alrededor del 90 % de las exportaciones el año pasado.
Ante esta situación de codependencia al petróleo, la nación, para su presupuesto, ha creado “La Visión 2030 en Arabia Saudita”. La cual indica el escenario por el descenso de las reservas petroleras, y que a su vez podría causar una caída de los ingresos estatales de Arabia Saudita.
El cambio de dejar a la parte petrolera estará centrado en:
El desarrollo económico en actividades no petroleras se orienta hacia el desarrollo urbano, la actividad industrial y comercial y el sector turístico. Adicionando a las energías renovables, las cuales se hallan en una fase incipiente, y es posible que Arabia Saudí, concentre su esfuerzo de inversión en el desarrollo de los métodos para capturar y almacenar CO₂, sin dejar a la industria de hidrocarburos. Además, está previendo que los fabricantes internacionales, puedan establecer las futuras plantas siderúrgicas, convirtiendo al país, en uno de las principales proveedores de acero en los sectores automovilístico, aeronáutico o naval.
La industria de la construcción crecerá considerablemente en los próximos años, debido a los grandes proyectos de desarrollo urbano, turístico y de infraestructuras, y esto conllevará a electrificar al país con energías que no contaminen, pero ARAMCO (paga alrededor de 150 000 millones de dólares de derechos e impuestos[3]), no va a detener su actividad, pues resulta determinante para los ingresos estatales saudíes en las próximas tres décadas.
La parte no petrolera, espera, crezca en forma anualizada entre un 4 a 6%, y en el 2050 a 2060 dejen de depender del petróleo.
México, estamos viendo a un país que depende del petróleo, y que está dentro de su presupuesto esta variable. La cual, no es controlada en su totalidad por Arabia Saudita (Miembro principal de la OPEP). En México existe un plan coordinado o que pensamos hacer, ante el cambio de muchos países de eliminar el precio del barril dentro de sus ingresos. Apostando a la despetrolización total, aunque ésta no será rápida para este país, pero en México sí puede hacerlo.
Tenemos al país de mayor consumo de mercancías, y una logística de bajo costo, además de tener un tratado actual, que permite una mayor exportación, y entonces porqué el miedo de hacer una reforma fiscal, cuando tendremos a nuevas empresas en nuestro país, incremento de empleos, y posiblemente una mejora en salario a cada una de las personas que intervengan en el nearshoring.
Es tiempo de sacar ya a PEMEX de la ley de ingresos, no hacerlo, estamos destinados a seguir, como estamos, en un país del casi podemos lograr el influir en el mundo económico, financiero y manufacturero al tener nuestras propias tecnologías.
Arabia Saudita en una zona difícil, y México en una zona fácil para intercambios comerciales.
[1] https://twitter.com/economiaoil/status/1687574030726086657?s=20
[2] https://ceoworld.biz/2023/08/06/richest-countries-in-the-world-by-gdp-per-capita-in-2023/
[3] https://twitter.com/economiaoil/status/1687574030726086657?s=20