Cuál será la enseñanza que tendremos de todos y todas las oratorias, presentaciones, y comentarios que se han vertido en estas semanas y que está por concluir en los próximos días.
Será el caso que podremos crear un manual, libro o guía que nos pueda en el poder tener, una sabiduría con sentido común para el largo plazo. Las mesas de opinión, están siendo muchas de ellas monólogos del presente, cargados de anacronismos, y que distan de proveer de información, para actualizar a lo actual en el futuro, y radican en una serie de información constante de malas anécdotas, y no soluciones al cómo.
En mi participación realizada en el foro número 8[1], a donde fue tratado a según la raíz del problema actual la reforma energética del 2013, y que fue establecida bajo una concepción (inserción), y no por una creación por naturaleza propia de México.
En el hoy existe una disrupción generalizada, derivado de anteponer durante su proyecto de inserción en el paradigma del futro de México, a una mercadotécnica radical de una conjetura política-ideológica, y que fue utilizada por la anterior y actualmente por esta administración. Radicalizando el concepto de que los costos de los energéticos, en el mercado bajarían o mantendrían por debajo de la inflación. Cuando a sabiendas que antes de la reforma del 2013, vivíamos en una realidad virtual bajo la conjetura que PEMEX, CFE y todos los organismos que confeccionaban la política publica energética, indicaban que los costos al público eran los correctos, pero con base a licitaciones con sobreprecios, subsidios, y el no reconocimiento de costos operativos y financieros a las empresas del Estado, el futuro era incierto.
Hoy tenemos la oportunidad, y será la única que tendremos en el corto plazo, en el poder debatir con sentido común, y anteponiendo la ideología política. Colocando el proverbio del para qué queramos la energía en este país.
Llevamos discutiendo por separado al sector eléctrico, hidrocarburos, y apenas nos hemos dado cuenta, que tenemos que insertar a la parte ambiental, no desde un punto de vista ideal exotérico; sino insertado en la operatividad de todo los procesos, con el único fin de reducir el desperdicio que tenemos actualmente de lo que tomamos de las energías primarias, capturar dióxido de carbono, emitir menos gases de efecto invernadero, así como calor al planeta, y todo esto, es resumido en contar con los recursos financieros necesarios para realizarlo, y ante la catarsis realizada por el mundo bajo la preocupación del incremento de la temperatura al planeta.
En el parlamento, solo estamos discutiendo el 20% del total que representa la energía, y nos concentramos en el hoy, pero no del cómo en el futuro. Muchas definiciones, aclaraciones de las leyes, y argumentos del por qué, pero todo esto no es redituable en el largo plazo, para poder hacerlo realizable, deberá haber recursos suficientes, tanto públicos como de privados, estos últimos tengan la confianza de invertir.
En México el 63% de la energía primaria, es tomada de nuestros recursos, y el 37% la importamos. A lo cual del total que utilizamos, más del 41% desaprovechamos. Ahí requerimos emplearnos para reducir esta brecha.
La inversión pública asigna un presupuesto a las empresas productivas del Estado de alrededor de 1 billón de pesos, y ante las nuevas formas de tomar, generar, y aprovechar la energía, para el 2030 podrían requerir el mercado energético de inversiones entre lo público y privado alrededor de 2 a 2.5 billones de pesos de los actuales para el futuro.
La inversión extranjera directa en el sector energético solo corresponde el 7.8% de 1999 a 2021, con datos de la Secretaría de Economía. Antes de la reforma energética, este sector, su IED sólo era del 3%, y hoy al tercer trimestre es del 20% del total.
En el hoy en este sexenio, hay una política pública energética en el presente, y que radica en el ser autosuficientes en combustibles. Pero dependemos principalmente, que las refinerías del sistema nacional, operen a más del 80% de utilización[2], debido a que estas son parte integral de la nueva refinería de Dos Bocas, y la adquisición de Deer Park. Tenemos a un precio de combustibles que controla al mercado, y que depende de los estímulos que la SHCP, otorgue cada semana, y en función de los precios del petróleo.
Además, un costo de la electricidad, que dependerá del precio del gas natural durante ciertas temporadas del año, y esto es derivado de no contar con la suficiente producción y almacenamiento para poder cubrir la demanda ante cualquier contingencia. En el mercado eléctrico, la disyuntiva, se ha concentrado en el sector doméstico, donde su problema radica en los altos costos de distribuir y transmitir la electricidad a cada usuario final, y quedando relegado el costo de generar, bajo una disputa del quién debería hacerlo. A sabiendas que la empresa productiva del Estado tiene el control del 78% del total generado, para ser comercializado dentro del mercado eléctrico.
Preocupante de los cuestionamientos que son vertidos en el parlamento, es que existe en él una concentración masiva en su totalidad de aseveraciones del mercado eléctrico; centralizada en los usuarios industriales y comercial, con conceptos difusos y confusos, sobre la interpretación en un sentido propio de cada parte a favor o en contra. Sin llevar la discusión a un acuerdo real en el largo plazo, y está siendo creado una gran incertidumbre del quién y cómo podrán tener electricidad para poder operar sus proyectos o negocios. Es acaso, que estamos perdiendo el foco del cómo, lograr el crecimiento de un país, con base al desarrollo económico para la sociedad. El dinero puede ser finito, si no se lo sabes operar.
Por tal motivo, propongo en vez de reformar a la Constitución, se revise una propuesta de Iniciativa presentada en la Cámara de Diputados el 5 de febrero de 2020, y es referenciado a una “Ley de Planeación Energética para la Continuidad Homogénea”, dicha propuesta vislumbra un plan a largo plazo, sobre el cómo debemos aprovechar bajo planeaciones propuestas transexenales a la energía en su totalidad.
El proverbio para escribir no dependerá de este parlamento, deberá ser creado en conjunto y no por separado.
Recordemos que el futuro, no nos pertenece, es de las nuevas y actuales generaciones, que están por ser parte de las decisiones actuales o futuras.
[1] Parlamento 8 Video https://youtu.be/M_tsEqvmweU
[2] Refinerías al cierre del 2021 https://twitter.com/economiaoil/status/1487489655750762500?s=20&t=M-lxfAAgoZtku1lMNePm4Q