México necesita 38 mil millones de dólares para cumplir la meta aspiracional de capacidad instalada para generar 23 mil MW para poder cubrir la demanda de energía y avanzar en la transición energética, señaló Leopoldo Rodríguez Olivé, presidente de la Asociación Mexicana de Energía Eólica (AMDEE).
Durante la inauguración de la décima edición de Mexico WindPower® 2022, expuso que para alcanzar el objetivo (vinculante) que México se fijó bajo el Acuerdo de Paris; y bajo su propia Ley de Transición Energética y la Ley Especial de Cambio Climático, de generar 35% de electricidad a partir de fuentes de energías limpias se debería estar desplegando hoy e invirtiendo para 1,500 MW de nueva capacidad, a través de inversiones tanto de la CFE como de las empresas privadas.
Sin embargo, “lo que estamos viendo hoy es que no hay un solo proyecto nuevo en construcción de energía eólica, y no estamos avanzando en esa línea de los 9,500 MW que se requieren.”
Ese plan de incorporar para llegar a 20224 a esta capacidad instalada, implicaba la salida de centrales viejas contaminantes y; “hoy solo vemos un plan de aproximadamente 1,300 GW de un proyecto público que, aunque es loable, deberíamos estar, insistió, hablando de cómo incorporar 9,500 MW.
Peor aún, destacó, para 2030 el panorama está complicado para cumplir las metas aspiracionales que México había definido, con el crecimiento que se espera de la demanda, alrededor de 23 mil MW de capacidad limpia, que significa 17 veces más que los mil 1,300MW que hoy están contemplados en proyectos.
“En conjunto, aunado a todo lo que se requiere para que sea viable la generación además de inversiones de transmisión y distribución requeriríamos 38 mil millones de dólares.”
Rodríguez Olivé dijo, “seamos muy claros, la reforma propuesta en materia energética, que cambia el orden de despacho privilegiando la entrada de energía sucias y contaminantes, necesariamente nos traerá más altos costos y mayor contaminación, además de que cancela la visión de futuro a la que aspiramos.”
En este punto, consideró que el desarrollo de las energías renovables requiere de cuatro pilares fundamentales: uno certeza jurídica de largo plazo, que hoy está en duda porque no estamos en una situación establece; órganos reguladores y un operador independiente del mercado, el Cenace, que han sido imparciales; con la visibilidad de largo plazo para el desarrollo de nuevos proyectos; y acceso a financiamiento dentro de un marco de confianza también de largo plazo.
Por otro lado, reiteró la urgencia de repensar el modelo energético que tenemos en el mundo: “México requiere de energías limpias porque los combustibles fósiles están borrando la posibilidad de futuro de las siguientes generaciones. Cualquier discusión de política energética debe tener en el centro la lucha contra el cambio climático”.
Destacó que “el modelo energético [que existe todavía] ha sido un motor de la productividad de los diferentes sectores en México, permitiendo un suministro eléctrico cada vez más barato y competitivo”. Es importante destacar que los costos de la energía eólica han registrado una disminución de 70% gracias a estas tecnologías.
Por su parte, Ramón Fiestas declaró que “la energía eólica sigue siendo la tecnología de mayor implantación en todos los sistemas eléctricos del mundo”. Sin embargo, actualmente estamos avanzando a un ritmo cuatro veces por debajo de lo que se tendría que avanzar para evitar el calentamiento de dos grados centígrados de la tierra.
“Es necesario separar a la ideología de la definición y del desarrollo de los sectores energéticos, para construirlos con innovación, tecnología y eficiencia. Nosotros [el eólico] somos el sector que tiene que dar respuesta a objetivos de política internacional que tienen que ver con la transición a modelos energéticos eficientes, económicos y sostenibles en el tiempo”.
Finalmente, Walter Julián Ángel Jiménez de la Secretaría de Energía subrayó la importancia de la eficiencia energética como un paso fundamental para la transición energética, haciendo énfasis en la necesidad de ver al sistema con una visión de conjunto.
“Es necesario avanzar en un debate ordenado y técnico, pero también incluyente de la población y de los científicos. La transición energética de México debe ser soberana, y conducida y planeada con el conocimiento nacional”.