Las redes inalámbricas han transformado la forma en que nos comunicamos, entretenemos y trabajamos. Desde la primera generación hasta el día de hoy, han surgido una gran cantidad de desafíos y avances tecnológicos que nos han permitido disfrutar del internet móvil tal y como lo conocemos ahora.
Actualmente contamos con una gran oferta de paquetes de telefonía celular y de servicios complementarios, pero ¿cómo llegamos hasta este punto?. En este artículo explicaremos cuál fue el origen de las redes inalámbricas, como han evolucionado a lo largo de los años trayendo nuevas características y cuales son las predicciones a futuro que se esperan de las mismas.
Origen y presente de las redes móviles
Desde los inicios de la comunicación inalámbrica en el siglo XIX, ha habido una búsqueda constante para mejorar la calidad y la velocidad de la transmisión de esta tecnología. Las primeras redes inalámbricas se basaron en la radio y fueron utilizadas principalmente para la comunicación militar y la transmisión de noticias. Fue hasta la década de 1980, cuando aparecieron las primeras redes celulares (1G), que permitían la comunicación inalámbrica a través de torres de transmisión.
Esta primera generación utilizaban tecnología analógica y permitían sólo llamadas de voz. Ofreciendo funciones bastante limitadas en comparación con las redes actuales, pero fueron un gran paso adelante en la tecnología de comunicaciones inalámbricas.
Con la llegada de la siguiente década, fue introducida la segunda generación (2G), la cual ya utilizaba tecnología digital. Esto permitió una mejor calidad de voz y la capacidad de enviar mensajes de texto. Fue la red 2G la que permitió la creación de la primera red de telefonía móvil, lo que a su vez se tradujo en personas comunicándose mientras se desplazaban de un lugar a otro.
La tercera generación de redes inalámbricas (3G), llegó con el nuevo milenio. Sus principales características fueron la transmisión de datos de alta velocidad y la navegación en Internet, gracias a las cuales pudimos comenzar a conectarnos a la red desde nuestros dispositivos móviles.
En 2010 se presentó el 4G, una red que mejoró aún más la velocidad y la calidad de las redes inalámbricas, permitiendo la transmisión de datos de alta definición y la navegación en Internet a velocidades increíblemente rápidas. Las redes 4G también permitieron la transmisión de videos en línea, la creación de aplicaciones avanzadas y la posibilidad de contar con paquetes de internet ilimitado. Son junto con las redes 3G las que mayor cobertura tienen actualmente a nivel mundial.
Por último la quinta generación o 5G, es la más reciente, se introdujo a finales de 2019, pero debido a la pandemia su despliegue ha enfrentado distintos retos. Esta tecnología promete velocidades que se encuentran muy cerca ya de las ofertadas por los servicios de fibra óptica, mayor cobertura y estabilidad, características que se espera puedan soportar aplicaciones como la realidad virtual y aumentada, la automatización de la industria y los coches autónomos.
Futuro de las redes inalámbricas
Pero este no es el final de la historia, pues a medida que la tecnología avanza, las redes inalámbricas siguen mejorando. Si bien la tecnología 5G está en pleno apogeo y aún le falta mucho desarrollo, los expertos ya están explorando las posibilidades del siguiente paso en la evolución de las redes inalámbricas: el 6G.
Aunque aún no se sabe exactamente cómo será la tecnología 6G, se espera que la tecnología proporcione la capacidad para generar conexiones conectividad ultrarrápidas, con velocidades de transmisión de datos que superarán con creces las actuales redes 5G y con latencias prácticamente imperceptibles
Además, la tecnología 6G podria llegar a proporcionar una conectividad más segura y resistente haciendo uso de nuevas tecnologías de encriptación y autenticación para proteger los datos y la privacidad de los usuarios.
Por ultimo se pronostica que esta nueva tecnologia ofrezca una mayor eficiencia energetica, haciendo que los dispositivos consuman aun menos energia y que sus baterias duren mas con la intención de reducir la huella de carbono.
Pero aún queda mucho por delante, por ahora debemos aprovechar las herramientas que tenemos a nuestro alcance y hacer uso de ellas de manera responsable, mientras esperamos a ver con que novedades nos sorprenderan las futuras generaciones de conectividad inalámbrica.