La escasez de agua limitará la capacidad de generación de energía hidroeléctrica, lo que podría derivar en mayores costos para la Comisión Federal de Electricidad (CFE), al tener que recurrir a fuentes más caras para la generación, señaló Moody’s Investors Service en el informe ‘Las sequías y el estrés hídrico en México afectarán las industrias de alto consumo de agua’.
El documentado indica que México sufrió una de sus peores sequías en décadas este año, y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) prevé que el estrés hídrico aumentará en 30 de los 31 estados mexicanos y en la Ciudad de México durante los próximos 10 años.
Afectará metas de energía limpia
La escasez de agua también “complicará los esfuerzos de México por alcanzar su objetivo de generar el 35% de la electricidad a partir de fuentes de energía limpia para 2024”, afirma Roxana Muñoz, Assistant Vice President de Moody’s, una de las coautoras del informe.
Los planes del gobierno incluyen un crecimiento en la generación de energía hidroeléctrica por parte de la empresa federal de servicios eléctricos, Comisión Federal de Electricidad (CFE, Baa1 negativo).
De acuerdo con el plan de negocios de CFE y los recientes anuncios de inversión, la transición a energías limpias incluye la modernización de ocho plantas de generación hidroeléctrica para agregar capacidad de 530 megavatios (MW) para 2025 y reducir las emisiones de CO2 en un 42% (de 530 gr / KW h a 308 gr / KW h en 2024).
Sin embargo, este plan corre el riesgo de sufrir frecuentes sequías. La creciente escasez de agua complicará los esfuerzos del país para alcanzar el objetivo de energía limpia del 35% porque las alternativas disponibles para las caídas de cobertura en la generación hidroeléctrica requieren fuentes de combustible más caras, como diésel o fuel oil, que en última instancia también podrían resultar en mayores costos para CFE.
La matriz energética de México está dominada por la generación de energía a partir de gas natural. A octubre de 2020, el país tenía una capacidad instalada de generación de energía de 86.034 MW, de los cuales 60.875 MW4 correspondieron a CFE, 24.238 MW al sector privado y 921 MW a Petróleos Mexicanos (Pemex, Ba3 negativo), la empresa petrolera estatal.
Capacidad instalada
La capacidad instalada hidroeléctrica de México representa el 14.7% de su matriz energética total. Las principales centrales hidroeléctricas de CFE están ubicadas en los estados de Michoacán (dos centrales), Chiapas (Ba2 / A2.mx estable, cuatro centrales), Nayarit (Caa1 / B2.mx estable, dos centrales) y Jalisco (Ba1 / A1.mx estable, una central eléctrica).
Si bien estos estados no han enfrentado sequías excepcionales todavía, Michoacán y Jalisco experimentaron sequías extremas durante mayo de 2021. La capacidad instalada de estos dos estados representan aproximadamente 2,300 MW y podrían estar en riesgo en el futuro.
Adicionalmente, dado que la Conagua está obligada a definir el agua límites para el uso de la generación de electricidad en función de la disponibilidad (siendo el riego y el suministro de las ciudades la prioridad), plantas hidroeléctricas ubicados en estados dependientes de la agricultura, como Michoacán, enfrentan mayores riesgos de oferta.
Municipios y sectores de minería y bebidas de los más afectados
El análisis de Moody’s destaca que, si bien las industrias de minería y de bebidas tienen planes de gestión del agua bien desarrollados, deberán aumentar el gasto de capital para mantener un acceso adecuado. El estrés hídrico y los complejos desafíos de gobierno interno ejercerán presión crediticia sobre los gobiernos locales y regionales.
Los municipios se verán particularmente afectados, ya que tienen la responsabilidad constitucional de proporcionar servicios de agua potable, alcantarillado y tratamiento de agua, los cuales requieren un importante gasto en infraestructura, mientras que dependen en gran medida de los fondos del gobierno federal y estatal.
Moody’s señala que la exposición del sector financiero es baja debido a su amplia diversificación del portafolio. En general, los bancos enfrentan riesgos por debajo del promedio que surgen de cuestiones ambientales como las sequías y la escasez de agua, aunque algunos acreedores con exposiciones concentradas en la agricultura pueden experimentar una disminución de la calidad crediticia. Algunas compañías de seguros tienen una importante exposición a la agricultura, pero la penetración general del mercado en este segmento es baja.