El dos de noviembre el Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal de los Estados Unidos de Norteamérica decidió, por unanimidad, elevar la tasa de interés de referencia en 75 puntos base para ubicarla en un rango de 3.75 a 4% con el propósito de frenar las presiones inflacionarias internas y las que vienen del exterior.
En este contexto, parece ser que la economía estadounidense crecerá en el cuarto trimestre de este año y el primer semestre de 2023. Ya que es una economía que viene funcionando con pleno empleo, es decir con un mercado laboral que está funcionado perfectamente. Si bien, es cierto que tiene una inflación de 8.2%, esta deberá empezar a bajar en enero del 2023 al resolverse los desequilibrios entre la oferta y la demanda de bienes y servicios.
Como consecuencia de lo anterior, el 3 de noviembre la junta de gobierno del Banco de México seguramente aumentará también en 75 puntos base la tasa de interés de referencia para ubicarla en 10%, lo que para el sector financiero representa un regalo de navidad anticipado.
Aunque vale la pena decir que las tasas de interés del mercado no se han disparado como en otras ocasiones, pues aún se puede conseguir una tasa de hasta 10% para un auto y de 12% para un crédito hipotecario. Lo que sigue siendo atractivo para los potenciales compradores.
De manera similar a su contraparte norteamericana, el Banco de México intenta frenar las presiones inflacionarias al restringir la demanda de crédito, lo que favorecerá la disminución de los precios, pero también frenará el crecimiento económico, aunque de forma moderada.
Para no dejar de lado, si usted requiere adquirir dólares, los puede comprar en algunas tiendas departamentales, en especial las famosas por los abonos chiquitos, pues actualmente tenemos en el país un exceso de liquidez en dólares que le ha permitido al peso mexicano reevaluarse frente a la divisa estadounidense. Este exceso de liquidez proviene de los mejores ingresos en turismo, petróleo, exportaciones y nuestras “benditas” remesas.