El PIB de Estados Unidos se contrajo algo más de lo anunciado en el primer trimestre, con una caída de 1.6% en proyección anual, una cifra que se conoce tras una revisión a la baja de los gastos de consumo.
La última estimación del Departamento de Comercio publicada este miércoles se compara con el dato de -1.5% divulgado a fines de mayo, a su vez más pesimista que el 1.4% de retracción consignado en abril.
El PIB se repliega en un contexto de fuerte inflación, profundizada por la guerra en Ucrania, problemas persistentes sobre las cadenas de suministro, una reducción de las ayudas del gobierno y el resurgimiento de casos de Covid-19.
No se trata aún de una recesión, ya que se consideran dos trimestres consecutivos de contracción del PIB para establecerla.
El Departamento de Comercio explica que esta nueva estimación “refleja una revisión a la baja de los gastos de consumo personales y de los gastos del gobierno federal”.
Estados Unidos considera la proyección anual del crecimiento del PIB, que estima la expansión de la economía en un trimestre sobre el anterior pero proyectándola a 12 meses. Eso permite tener una idea del crecimiento anual esperado si se mantuvieran las condiciones del momento de la medición.
Si se compara trimestre sobre trimestre, la contracción del PIB fue de 0,4% en el primer cuarto del año.
Los gastos de las familias deberían sostener una tasa de crecimiento mayor en el segundo trimestre”, según Rubeela Farooqi, economista jefe de HFE.
“Pero las perspectivas más allá son inciertas”, añade. La economía debería seguir creciendo este año pero más lentamente, “y los riesgos de una eventual recesión aumentan”, vaticinó (AFP)