La empresa productiva del Estado no está en una industria que tal vez con un pico con una pala, puedan extraer del subsuelo a los hidrocarburos en superficie.
Es una industria de alto riesgo, y la cual necesita un alto OPEX, para mantener o incrementar la una producción de hidrocarburos, su transformación en combustibles, y al mismo tiempo una logística segura, para que las personas que están operando, se sientan seguras ante toda la infraestructura necesaria.
El OPEX de PEMEX en 2014 al 2018[1], ha presentado una variación alineada, al incremento o decremento de la producción. Representando alrededor, entre un 35 a 45% del total del dinero, que la empresa invierte entre el CAPEX y éste.
No confundir el gasto que debe realizar PEMEX, a los riesgos ambientales, y seguridad, respecto a la parte de mantenimiento de la infraestructura que tiene ésta para operar el todo, no hacerlos incrementará a los primeros. El mantenimiento puede ser de índole correctiva (cambiar o modificar) y preventivos (mantener operando hasta una vida útil).
Ante la falta de programas continuos preventivos; toda infraestructura expuesta a calor, presiones, vibraciones o alteraciones para operar tendrá un resultado final: Una vida útil menor, y/o el remplazo en su totalidad. Incrementando costos, y pérdidas de horas de operación.
Entonces a la empresa podemos indicar, está en quiebra desde un punto de vista del balance financiero o con una deuda hasta el momento impagable. Dejando a un lado a la operación.
La realidad existe una hipocresía legislativa, y del Ejecutivo, hacia la empresa por muchos años, y esto continuará por más décadas.
PEMEX no es una empresa quebrada, todavía desde un punto de vista de un balance financiero. Está sana hasta el rendimiento operativo, y fracasa como empresa, cuando adicionan los costos del financiamiento de la deuda, Impuestos y derechos, y otros rubros. La empresa fue la caja chica de la nación, para el poder cubrir el gasto corriente del país.
Hubiera voluntad, y en México, realmente existiera una transición real de la energía, y no solo del cómo generar a la electricidad, podríamos ser considerados un país desarrollado, pero esto no podrá ser, no existen planes de largo plazo.
México, depende del mejor recaudador de impuestos que haya creado, usado y mantenido: PEMEX.
Qué país no quisiera el tener una empresa del Estado, que pague impuestos, y también recaude. A Pemex, obligan, y de acuerdo con la ley de ingresos de México, en el artículo 7 de dicha ley[2], a tener esta función durante el periodo fiscal vigente.
Antes de la reforma energética, la empresa del Estado, recaudaba entre el 25 a 30% del total e ingresos del sector público. Al entrar en vigor, ésta pasó del 30% a un 13%[3]. Bajo el porcentaje, pero en pesos corrientes, ha mantenido entre los 800 a 950 mil millones de pesos, derivado de la necesidad de un mayor gasto de la nación[4].
Aquí es donde está la hipocresía hacia la empresa.
PEMEX, perfora, transforma, mueve, vende, recauda, y endeuda, porque es parte del ingreso del país. Pero indican, no gastes mucho en mantenimiento, y al OPEX, hay que mantenerlo, aunque aumenten los riesgos, ante el incremento de la actividad productiva con la misma infraestructura.
En 2021, Fitch dejo de tener una relación con PEMEX, pero está siguió, haciendo sus reportes, para sus otros clientes, y que tienen algunas inversiones ante la compra de bonos de la empresa.
Esta calificadora, bajó a grado especulativo de inversión a PEMEX. Adonde la consideración clave:
Falta de gastos de capital de mantenimiento en sus activos principales e infraestructura.
Podemos resumir ciertos hallazgos, y consejos no solicitados, y que deberían ser considerados por la empresa del estado, y sobre todo la nación:
- Múltiples accidentes en las instalaciones operativas resultaron en víctimas y lesiones a sus empleados.
- Daños a infraestructura y activos críticos por accidentes. Reflejan a una falta de gastos de capital, de mantenimiento en sus activos e infraestructura principales. 2023, podría tener un mayor dinero del OPEX, para este derivado por el tipo de cambio actual.
- Incertidumbre sobre la capacidad y voluntad del gobierno mexicano, para mejorar la posición de liquidez y estructura de capital de la empresa en los próximos 2 años.
- Vencimientos de bonos de deuda internacional por 4,600 millones en 2023 y 10,900 en 2024 en dólares.
- El refinanciamiento de la deuda expondrá a la empresa a mayores gastos por intereses que estresarán aún más su flujo de efectivo, ante tasas altas en los mercados financieros, y el poder conseguir similares tasas a los actuales.
- El costo de refinanciamiento, asumiendo que sus diferenciales actuales, a largo plazo en el mercado, oscilan entre 8% y 12%. Depende de los mercados Internacionales, a cuánto será la tasa del préstamo.
- Pemex será una responsabilidad creciente para el gobierno. A diferencia de años anteriores, donde la participación del gobierno superó las necesidades de respaldo de efectivo de Pemex. Fitch estima, según su caso de calificación, que el gobierno tendrá que gastar aproximadamente 20 mil millones de dólares más de lo que recibe de la compañía en 2026 y 2027, para mantener a flote a Pemex.
- La disminución de la salida de efectivo es el resultado de un costo de interés más alto que reducirá el efectivo disponible para la participación y el gasto de capital del gobierno; la compañía necesitará gastar al menos 10 mil millones de dólares por año en gastos de capital.
Pregunta a realizar, ¿PEMEX es una empresa creada para recaudar o para sacar, energías primarias para su transformación?
Por tal motivo, para ayudar a la empresa, pudiera hacerse lo siguiente:
- Eliminar de los ingresos del presupuesto anual, al precio del barril, y no condicionar, como todos los años, a estos por producir más barriles, y ajustar con esto al déficit presupuestario.
- Realizar una nueva reforma fiscal, y contemplar en eliminar, a PEMEX de la responsabilidad dada en el artículo 7 en la ley de ingresos. Buscando nuevas formas de poder tener ingresos, no aumentando, pero sí, permitiendo nuevas inversiones en el país.
- Reducir el déficit presupuestario, debido a que año con año ha aumentado, y hoy es más de un billón de pesos para el 2023, y que, en la realidad, ante una recaudación baja y constante, estresaríamos a Pemex, para que recaude más dinero.
El próximo administrador de México, podrá tener la oportunidad de eliminar a los hidrocarburos de los ingresos. Recordemos que, en México el 60 a 65% del gasto programado, utilizado en la parte del desarrollo social, y a los cuales, no originan impuestos, como el que pudiera haber en la parte del desarrollo económico.
Pemex, una empresa productiva del Estado, y recaudadora de impuestos.
[1] https://www.pemex.com/ri/finanzas/Paginas/InversionCifras.aspx
[2] https://www.finanzaspublicas.hacienda.gob.mx/work/models/Finanzas_Publicas/docs/paquete_economico/lif/lif_2023.pdf
[3] https://twitter.com/economiaoil/status/1680692874801717250?s=20
[4] https://www.pemex.com/ri/finanzas/Seguimiento%20Presupuestal/seguimiento_presupuestal.xls