Ante los escasos resultados de la COP28, Iniciativa Climática de México (ICM) pidió a las candidatas a la presidencia de México, incluir en sus plataformas y planes de gobierno consideraciones en materia de energía para combatir el cambio climático.
La Cumbre Climática de Naciones Unidas (COP28) concluyó el 12 de diciembre y, aunque tuvo ciertos logros, las negociaciones finales demostraron la incapacidad de la COP como un mecanismo para reconocer que, para atender adecuadamente la crisis climática es indispensable la eliminación gradual del uso de todos los combustibles fósiles.
Bajo este escenario, la organización ambientalista consideró necesario romper con inercias arraigadas, así como nuevas narrativas, como que el gas natural es un combustible de transición. El gas no puede ser la apuesta para atender la demanda futura de electricidad ya que no es compatible con el cumplimiento de nuestras metas climáticas.
Al respecto, en el marco de la COP28 y como apuntalamiento a la necesidad de eliminar el uso de combustibles fósiles, se presentó el capítulo México del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles. Se destaca que Colombia y Nauru se unieron a dicho Tratado durante la COP28 y la necesidad de que México también lo haga a la brevedad.
México tendría que cuadruplicar la capacidad instalada de energías renovables para cumplir con la Contribución Determinada a nivel Nacional (NDC) presentada en 2022. Es decir, pasar de alrededor de 14.4 GW de capacidad instalada en 2021 a 57.6 GW.
Además, de acuerdo con el estudio “Emisiones Netas Cero desde la Sociedad Civil 2060”, recientemente publicado por ICM, para cumplir con la ruta más ambiciosa hacia un nivel de cero emisiones, deben cumplirse con una serie de hitos fundamentales en tiempos bien acotados.
- A partir de 2027 ya no se deberán instalar en México nuevas plantas de generación eléctrica fósil.
- Se deberá sacar progresivamente el carbón de la matriz eléctrica al 2030, con procesos participativos y de inclusión social de las comunidades.
- Se debe eliminar por completo el uso del combustóleo a más tardar en 2035.
- Se debe expandir y fortalecer la red eléctrica con urgencia (con financiamiento público-privado).
ICM agregó que países emergentes con matrices eléctricas más contaminantes que la que tiene hoy en día México, como Sudáfrica e Indonesia, ya están empezando a poner en marcha esfuerzos para una transición energética justa. Otros países importantes como Brasil, India y Colombia han iniciado pláticas y negociaciones para acceder a estas nuevas fuentes de recursos.
Para un país como México, la reducción de emisiones es conveniente, ya que genera nuevos empleos y le permite acceder a recursos concesionales internacionales etiquetados para la mitigación. Hoy en día generar electricidad con combustóleo y con carbón es más caro que hacerlo con energías renovables. La generación fósil contamina el aire de nuestras ciudades y ocasiona enfermedades y mortalidad prematura entre quienes vivimos en México.
La agenda y la planeación estratégica, así como las decisiones e inversiones en materia de energía y de cambio climático en México, deben ser el resultado de deliberaciones informadas entre especialistas de diversas disciplinas, sociales, económicas, ingenieriles y ambientales entre otras.
De esta manera, se podrá trazar una ruta que maximice los beneficios sociales mientras avanzamos por la lucha para salvar al planeta. Estas deliberaciones deben mantenerse al margen de cuestiones ideológicas, pero también de intereses económicos y comerciales que suelen ser diferentes a los que buscan el bienestar de la mayoría.
Por lo anterior, será fundamental reconstruir capacidades de gestión dentro y fuera del gobierno en materia de cambio climático y diseñar los esquemas institucionales que permitan que México se reinserte como jugador titular en el concierto global por impulsar y acelerar la acción climática para no llegar a la frontera del aumento de la temperatura al nivel postindustrial del 1.5 grados.