México necesita fortalecer su infraestructura energética para maximizar los beneficios del nearshoring, a través de acciones que van desde el uso de recursos del Fondo Mexicano del Petróleo para financiar la transición energética; el desarrollo de infraestructura de almacenamiento de gas natural; hasta permisos y líneas de transmisión en materia eléctrica, señaló el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
La idea del nearshoring -una propuesta de transferir las cadenas productivas esenciales a países con cercanía geográfica y con alianzas fuertes- ha surgido en los últimos años como una oportunidad para que México tenga una mayor integración con sus socios comerciales de América del Norte y detone niveles de inversión más elevados.
Sin embargo, para aprovechar esa oportunidad, el país requiere de esfuerzos concretos para elevar su competitividad y generar un panorama económico más propicio para la atracción de la inversión requerida para una mejor integración regional, que le permita incrementar sus capacidades productivas y el desarrollo para su población.
Parte fundamental de estos esfuerzos debe ser el impulso de políticas energéticas que garanticen el acceso a energía confiable, a precios competitivos y -en la medida de lo posible- con baja huella de carbono.
A diferencia de los mercados en Europa, convulsos por la invasión de Rusia a Ucrania, y Asia, que actualmente se realinean a partir de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, México cuenta con ventajas comparativas gracias a su posición geográfica y lazos comerciales con más de 50 países.
América del Norte cuenta con relativa abundancia de energía a precios competitivos, pero para aprovecharla se requiere inversión pública y privada en infraestructura de generación eléctrica con baja huella de carbono, en las redes eléctricas (transmisión y distribución), y en la expansión de la red de gasoductos. Además, es urgente implementar una política de almacenamiento de gas natural.
Para lograr estas metas, es indispensable contar con un entorno de certidumbre jurídica con pleno respeto al Estado de derecho que sirva como base para la inversión en infraestructura energética. Aún más, es mandatorio que exista un regulador sectorial que sea independiente tanto del poder Ejecutivo como de los jugadores privados y las empresas del estado.
En septiembre de 2022, IMCO publicó “La energía que queremos: Infraestructura, regulación y Estado de derecho para un sector energético que detone la competitividad de México.” Este documento constituye una visión integral para el sector energético mexicano con una serie de propuestas de política pública concretas, viables y asequibles para impulsar la competitividad de los mercados energéticos (incluyendo el petróleo, el gas y la electricidad).
Contrario a otros momentos en la historia reciente, hoy los cambios estructurales en el entorno global son propicios para México. El país necesita fortalecer su infraestructura energética para maximizar los beneficios de la regionalización de las cadenas de valor.
Al respecto, el IMCO propone diversas acciones encaminadas a generar las condiciones que permitan aprovechar el desarrollo del nearshoring en materia energética:
En materia de petróleo se requiere rediseñar el funcionamiento del Fondo Mexicano del Petróleo para financiar la transición energética.
Para el sector Gas: desarrollar infraestructura de almacenamiento de gas natural; desarrollar infraestructura de transporte de gas natural; diseñar una estrategia para minimizar las emisiones fugitivas de metano a la atmósfera.
Y en Electricidad: cumplir con la normatividad y regulación para el otorgamiento de nuevos permisos de generación eléctrica; reactivar las subastas de largo plazo; ejercer en su totalidad los recursos aprobados para inversión en infraestructura de transmisión y distribución.
De igual manera, se necesita liberar recursos adicionales para CFE Transmisión y CFE Distribución; cumplir con las obligaciones en materia de inversión en infraestructura de transmisión y distribución; aprovechar los mecanismos de financiamiento de inversión disponibles y facilitar la participación del sector privado en la inversión en infraestructura de transmisión.
Para el IMCO, la planeación estratégica basada en las necesidades de una economía moderna, así como la inversión en sectores estratégicos para alcanzar un mercado energético más eficiente, son elementos sin los cuales la integración regional se volverá un objetivo difícil de lograr. Sin más y mejor infraestructura energética, el nearshoring será otra oportunidad de desarrollo económico desperdiciada para el país.