Al cierre del viernes, el precio de la Mezcla Mexicana de Exportación (MME) cerró en 98.33 dólares el barril, lo que representó un avance en la semana de 4.01%, la mayor alza semanal del mes.
En julio de 2022, la referencia mexicana reportó una caída de -6.16%, el segundo tropiezo consecutivo, la otra baja fue en junio de 7.94%. Julio es particularmente importante, porque el precio no pudo romper el soporte de los 90 dólares el barril.
En el año, el crudo mexicano reporta un avance de 37.93%, y un promedio de 97.47 dólares el barril. La variación porcentual en 12 meses es de 45.44%.
Los mercado petroleros viven unas de las etapas de incertidumbre más altas en años, que están a la espera de la próxima reunión de la OPEP+ del 3 de agosto para afinar sus previsiones de suministro mundial.
A muy corto plazo, se espera que la producción rusa disminuya en los próximos meses, descenso que se verá compensado en parte por el aumento de la oferta de Libia, que se prevé que pase de 800,000 barriles diarios a 1.2 millones de barriles diarios.
En cuanto al gas, los precios han alcanzado nuevos máximos esta semana en Europa. La referencia holandesa, TTF, superó los 200 euros/MWh en su punto más alto de la semana. Rusia sigue presionando los precios al reducir los flujos a través de Nord Stream 1.