México no recaudaría ingresos por concepto de Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) por gasolinas y diésel, ante el alza en los precios internacionales de los energéticos, así como el previsible subsidio del gobierno para evitar un menor impacto en la inflación, revela un análisis de BBVA Research.
El documento “Impacto de la gasolina en los impuestos especiales sobre los combustibles y los precios al consumidor”, realizado por Javier Amador y Arnulfo Rodríguez, indica que la guerra entre Rusia y Ucrania ha complicado el entorno macroeconómico global reduciendo las expectativas de crecimiento económico en distintas geografías y dificultando la encomienda de los bancos centrales por mantener una inflación baja y estable.
Explica que, en términos económicos globales, se han observado ya impactos significativos en los precios de materias primas, principalmente en productos energéticos. Sin duda otra afectación relevante ha sido cierto grado de interrupción en la proveeduría de ciertos insumos para la producción en diversas industrias, tanto por cuellos de botella y limitaciones al comercio como por la escasez y los mayores precios de otras materias primas esenciales en la producción de alimentos (fertilizantes, granos, etc.) y de manufacturas (metales, semiconductores, etc.).
El caso de México
Si bien los vínculos comerciales con Rusia y Ucrania no son relativamente fuertes en el caso de México, el impacto de dicho conflicto ya se está sintiendo principalmente en los ingresos públicos y precios al consumidor.
En primera instancia, los mayores precios del petróleo están ayudando a las finanzas públicas pero las cotizaciones internacionales más altas de las gasolinas han eliminado la recaudación por IEPS gasolinas y diésel ante la resistencia del gobierno federal a permitir incrementos de precios en el mercado nacional de las gasolinas.
En segundo lugar, los precios al consumidor se verán directamente afectados por los mayores precios de los productos energéticos (quizás exceptuando gasolinas) e indirectamente por los incrementos en los precios internacionales de granos y metales.
Ello afectará tanto la inflación no subyacente como la subyacente a través de mayores precios de mercancías alimenticias y no alimenticias.
Finalmente, la mayor inflación en el corto plazo y el incremento en los riesgos alcistas sobre la tendencia futura de esta se reflejarán en mayores tasas de interés a las anteriormente previstas.
En ese sentido, los analistas anticipan que Banxico subirá nuevamente la tasa de referencia en 50 puntos base a 6.50% esta semana y que la llevará a niveles de 8.0% al cierre del año.
Una mayor inflación que impactará el ingreso disponible de los hogares (de no verse compensada por aumentos en los salarios reales) y una postura monetaria más restrictiva para acotar los riesgos inflacionarios limitarán el crecimiento económico.
Sin recaudación
De acuerdo con los cálculos de los especialistas, un aumento del 33.3% en el precio internacional de la gasolina convencional generalmente tiene un impacto inmediato en los ingresos derivados de los impuestos especiales sobre la gasolina y el diésel de -72.8% trimestralmente
Este incremento provoca una reducción trimestral adicional del 81.7% sobre dichos ingresos durante el siguiente trimestre. Dos trimestres después del choque al precio internacional de la gasolina, el efecto sobre la recaudación por IEPS gasolinas y diésel se desvanece al no ser estadísticamente diferente de cero.
De esta manera, si se considera la experiencia histórica del “gasolinazo” y en un contexto de relativa alta inflación donde diversos factores la mantendrán elevada en el corto plazo, es muy probable que este gobierno evite un mayor impacto inflacionario en 2022, pero a costa de un significativo subsidio público al consumo de gasolinas.