Con la cumbre climática mundial en puerta, la organización de la sociedad civil, la organización Iniciativa Climática de México (ICM), afirmó que el país no solo tiene la oportunidad de presentar una Contribución Determinada a nivel Nacional (NDC por sus siglas en inglés) más justa y ambiciosa, sino también de definir políticas que la implementen, elementos clave para enfrentar la emergencia climática.
Además, una NDC más ambiciosa permite a México cumplir con su obligación jurídica internacional, que tiene rango constitucional, adquirida en el Acuerdo de París.
Las NDC son documentos que los países miembros presentan a Naciones Unidas, de manera periódica, y que incluyen compromisos cada vez más ambiciosos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
El objetivo es el de mantener el incremento de la temperatura global por debajo de 1.5°C; y hacer esfuerzos adicionales para generar acciones de adaptación al cambio climático que reduzcan la vulnerabilidad y aumenten la resiliencia de las comunidades y poblaciones.
“Más allá de la obligación jurídica internacional, hoy 68% de los mexicanos vive en condición de vulnerabilidad climática -como lo reporta el gobierno de México-. Esta situación correlacionada con la pobreza requiere de una política climática más ambiciosa, justa y progresiva para transformar esta inequidad”, indicó Adrián Fernández, quien encabeza el equipo interdisciplinario de ICM, experto en cambio climático y doctor en Ciencias Ambientales por el Imperial College of Science, Technology and Medicine, de Londres.
En la COP 27, que se realizará en Egipto del 6 al 18 de noviembre de 2022, se atenderán al más alto nivel estas urgencias para no rebasar el aumento de 1.5°C. Reportes recientes de Naciones Unidas han puesto la alerta de que con los esfuerzos actuales el incremento será mayor a 2.5°C, por lo que en esta cumbre climática se requiere de una mayor ambición de parte de todos los países, incluyendo México.
En la primera NDC de México, presentada en 2015, el país se comprometió a reducir 22% de sus emisiones de gases de efecto invernadero y 51% de la emisión de carbón negro u hollín para 2030. En la segunda NDC, presentada en 2020 de acuerdo con los tiempos establecidos en el Acuerdo de París, no se aumentó la ambición, pese a un incremento progresivo estipulado en el marco legal vigente.
Por ello, es alentador el anuncio de un nuevo compromiso de parte de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en el marco de la reunión del presidente Andrés Manuel López Obrador; y el enviado especial para el clima del gobierno de Estados Unidos, John Kerry.
La Secretaría recientemente anunció 30% de reducción de las emisiones de GEI para 2030 con las capacidades actuales y 40% de reducción con apoyo internacional adicional. ICM reconoce y celebra este importante compromiso. A partir de estas nuevas metas, es importante enfocar esfuerzos en la implementación efectiva e incluyente de medidas concretas de mitigación que lleven a su cumplimiento.
Las normas de eficiencia vehicular, la penetración de transporte público masivo, el cambio tecnológico en el sector transporte como electromovilidad; generación distribuida solar y proyectos solares comunitarios, energías renovables en diversas escalas adicionales al Plan Sonora; eficiencia energética en sector industrial, residencial y servicios; reducción de las emisiones de metano, salida progresiva de las plantas de carbón y combustóleo; evitar la deforestación, entre muchas otras acciones, son las oportunidades para que México incremente la ambición y asegure su implementación de forma justa e incluyente.
Desde la responsabilidad compartida, la sociedad civil asume estos retos y, en ese sentido, ICM publicará en los siguientes días una serie de análisis técnicos que apoyen el trabajo necesario para asegurar una efectiva implementación de las metas recién anunciadas e incrementar la ambición si el país contara con mayor apoyo financiero y tecnológico de la comunidad internacional.