En México, ahora que todo mundo está en pleno énfasis de discursos de enseñanza, propuestas, y todo lo referente a cómo ven la visión del país durante los próximos seis años, el reloj del tiempo en este momento ha entrado en la fase de pausa, y las cosas para planear en el mediano a largo plazo han sido puestas en el cajón, y en la espera que el nuevo administrador(a) pueda sacar en cuanto tome el cargo, y deberá ver si están alineadas a lo que fue propuesto en papel o con las cuerdas vocales.
En México el total invertido en el sector de energía ronda alrededor de 1.4 billones de pesos entre la parte pública-privada (17% de los egresos en 2024), ante del 2015 todo era inversión del gobierno, y todo debía ser presupuestado a las empresas del estado, y con ello pudieran realizar licitaciones para ser contratadas empresas privadas que tenían la tecnología, y mejores prácticas internacionales para cada parte del sector energético.
Hoy día existen empresas que han tratado de poder ser parte del sector energético, algunas lo han logrado y otras, han desistido en el intento, ya sea por los cambios a las normativas, atrasos en tener permisos para realizar una actividad, o la certificación de ciertos estudios necesarios para operar algún proyecto.
Ante la falta de certidumbre en el sector, la inversión extranjera directa en México ha disminuido y está a los niveles del 2007 de alrededor de los 3,500 millones de dólares, siendo la más alta registrada a según datos de la Secretaría de Economía en el 2018 con más de 7,000 millones, una contracción de más del 50% al cierre del 2023. Esto significa, no podemos modernizar al sector, y que este pueda ser adaptado para el futuro. Dejemos de ser inmaduros en la forma de poder ser atractivos para hacer negocios, y que el mercado mundial permita el tener acceso a tecnología. Pregunta que alguien pudiera contestar: ¿PEMEX y CFE, producen su propia tecnología?
Las de mayores inversiones que necesita México, según las políticas actuales públicas, son en el rubro de la extracción de petróleo y gas, debido a que de esta actividad obtiene la materia prima para producir combustibles (40% del total de la demanda), y que son usados en gran parte de las actividades diarias en el país. El transporte del gas natural, a donde el 60 a 70% del total de la demanda, requiere ser movido para llegar a las plantas que generarán la electricidad para el país, y un 25% llegue al sector industrial. Pero el de mayor importancia, ante la electrificación de todas las actividades del ser humano, es el sector eléctrico. A donde incluye la generación, transmisión y distribución, y al cual hoy día muestra una gran contracción en la inversión en este rubro.
En México, están cometiendo un error, sobre todo cayendo en el transmitir a lo que la gente cree que debería escuchar por todos los que participan en las políticas públicas, aludiendo que requieren transitar a energías limpias, la electrificación de carros, el dejar de utilizar a los combustibles fósiles, y todo esto son sinónimos que, en el sector energético, antes de comunicar, deben tener un monto del cuánto costaría hacerlo, operar, y mantener durante un largo plazo.
En el total de la inversión extranjera directa en el sector energético, el 53%, es invertido en el sector eléctrico, el 26% en el transporte de ductos, y solo el 13% en la extracción de petróleo y gas. PEMEX, y CFE pretenden que realice el todo, y ante la actualización de todos los procesos en todo el sector de energía, al minimizar los gases de efecto invernadero, emisiones de calor, y tener una mejor eficiencia operativa; como y/o a donde obtendrá el dinero adicional para esto por las empresas del estado; ante la reducción del presupuesto. Hoy ambas empresas tienen una falta de autorrenovación tecnológica.
Ante esta disyuntiva energética-financiera, la única solución debería ser el poder tener más dinero nuevo, y a donde empresas diferentes a las públicas puedan ser parte del mercado energético bajo normas, y regulaciones acordes al país del futuro. Cuyo objetivo es el generar una mayor proporción de ingresos para la nación por medio de impuestos, e incrementar la calidad de vida de las personas ante nuevos empleos que podrían ser generados bajo condiciones salariales mejores a las actuales. Pero esta realidad, no es parte del discurso en la etapa actual de las propuestas de las candidatas(os) a ser los nuevos administradores por un periodo de tiempo.
Recordemos que las personas que administran un país son parte del tiempo, y hoy la energía, es para ser utilizada en la eternidad, en las diferentes facetas que el ser humano acoplando a cada necesidad que ha tenido durante la evolución que ha dado lugar dentro del planeta. Adónde en el inicio, sin tener la conciencia de afectar al planeta para el desarrollar la vida en todo su conjunto, y en el ahora, los seres humanos buscan el tener el perdón del planeta, tratando de remediar los pecados ambientales.
En México se requieren alrededor de 2 a 2.5 billones de pesos en forma anualizada de inversiones a partir del 2025, entre el sector público-privado para llevar a buen puerto, el tener una transición energética en el todo, y no solo hablar del cómo generar la electricidad. Dejemos de mentir, no dejaremos de usar a los combustibles fósiles, cuando al menos las siguientes 5 a 8 décadas. PEMEX y CFE, invierten alrededor de 1 billón de pesos, y el resto debe provenir del sector privado. Ante este dato, estamos diciendo que México, seguirá en la obsolescencia, y una falta de certeza para las inversiones, si no es incluido en el discurso público, lo anterior.
Ser puritanos energéticos, solo sirve para dejar en claro que estamos acostumbrados a llenar papeles de ideas, y que no están ligados a los dineros necesarios requeridos para el sector. No es lo mismo programas sociales, y los cuales ayudan a las personas, y que este dinero pierde valor, y no puede servir; si el costo de la vida se incrementa, ante la necesidad de consumir una mayor cantidad de energía desde la electricidad, y combustibles necesarios para toda la actividad de la sociedad, si los gastos se incrementan debido a un mayor costo para el poder operar en el producir a la energía. Esto traería, como consecuencia, el subsidiar para poder tener acceso por las personas.
El dinero, cuando no procede de nuestro esfuerzo, puede ser usado en sueños que no reflejan la realidad, y este pierde cualquier razón de ser. El sector energético, el dinero que no conoce ideologías, requiere que pueda ser utilizado para mejorar la calidad de vida. Hipocresía, el decir que dejaremos de contaminar al planeta, lo seguiremos haciendo, pero ahora tenemos conocimiento del cómo es creado, afectado y el remedio; a lo cual a todo esto requiere dinero.
Como dijo el presidente de los EUA, Joe Biden de EUA en días recientes “No se puede amar al país solo cuando se gana”.