Los conflictos bélicos han sido considerados como sucesos devastadores desde el punto de vista de la pérdida de vidas, hasta el deterioro de la infraestructura de un país. A lo cual la única forma de poder volver a tener una economía es por medio de los apoyos que el mundo puede ofrecer.
Existen dos lados, el que inicia la guerra bajo su propio argumento, y la otra parte quien es la afectada. En el planeta las principales guerras mundiales del siglo pasado fueron en su mayoría concentradas en el viejo continente, el cual ha sido la evolución de todo el desarrollo humano.
Hoy estamos teniendo una guerra bélica concentrada en un país, y la cual se ha convertido en la primera guerra mundial del siglo XXI, pero no de la misma magnitud desde el punto de vista bélico armamentista. Si no han tenido una transfiguración, a ser del tipo económico-energético.
Esta guerra mundial, solo es bélica en Ucrania, y en el resto del mundo será el cómo mermar la capacidad económica de Rusia, afectando desde la parte financiera, energética, a su balanza comercial, y la confianza del poder hacer negocios con este país.
¿Quién pierde? Para ser claros, tener una guerra tiene un costo que requiere de combustibles, alimentos, maquinaria, logística y todo lo necesario, deriva en tener dinero suficiente para mantener la misma, y lo que se espera estos recursos provengan de las fuentes que el gobierno pueda recaudar de su economía.
Expertos de CIVITTA, EASYBUSINESS Y CER, publican cifras estimadas sobre los costos de la guerra para Rusia. El cual indica que 29 días de la invasión, han tenido un costo de 22.5 mil millones de dólares en pérdidas militares directas.
Desde un punto de vista económico, ésta continua bajo enormes presiones derivado principalmente por las sanciones impuestas por varios países y empresas privadas. Esto ha traído una consecuencia directa en la depreciación del rublo respecto al dólar, con un acumulado a la fecha de un 25% en pérdida, desde que comenzó la invasión.
Hoy para comprar un dólar requieren de alrededor de 90 a 100 rublos. Una de las estrategias al respecto fue que la mayoría de los estados europeos, se negaron a realizar pagos de gas natural en rublos. Esto ha sido aprovechado en el sector energético por los países europeos que dependen en un 40% del gas y que dejarán de comprar en 2022 por la estrategia del envío de gas natural licuado al viejo continente por parte de EUA. La imposición de un embargo a gran escala sobre el petróleo y el gas rusos en los próximos meses puede costarle a Rusia hasta 142.8 mil millones en pérdidas de ingresos.
Mientras tanto, la capitalización de mercado total de las empresas rusas se estancó en el nivel de 339 mil millones, y ha tenido una contracción del 47%. Adicionalmente, si llega a implementar una desconexión a gran escala del sistema financiero ruso de SWIFT (Aunque la UE ya ha desconectado algunos de los principales bancos de SWIFT), aumentará la presión sobre la economía rusa. Afectando, así a alrededor de 100 mil millones de exportaciones rusas, y trayendo como consecuencia un aumento de la inflación y la tasa de desempleo.
A todo esto, el estudio indica que es probable que el costo diario total de la guerra para Rusia supere los 20 a 25 mil millones dólares. Es decir, llevaría a un mes de inicio de la beligerancia, un costo a 600 mil millones de dólares, alrededor de 12.3 Billones de pesos, casi dos veces el presupuesto del 2022 de México.
Rusia tendrá un tiempo máximo para sostener esto, y la única forma que deberá en poder tener fondos, será por medio de la venta del crudo a países como India, China entre otros. La Agencia Internacional de Energía ha pronosticado que saldrían del mercado alrededor de 3 millones de barriles diarios de este país y para poder colocarlos deberá negociar tasas de descuento que estarían fluctuando entre los 20 a 25 dólares por barril. Sin dejar a un lado al cierre de ductos a Europa. Entonces ¿Cuál fue el fin mediático económico o de relaciones comerciales con el mundo crear una guerra mundial energética-económica por Rusia?
Del 2020 al 2022, ha quedado demostrado que el mundo está tan vulnerable ante cualquier cambio geopolítico o de salud, y a donde ambos afectan directamente las relaciones comerciales entre los países, y dando lugar a un cambio estructural radical en el corto a medianos plazos en los mercados energéticos.
Otro factor que afectará directamente a Rusia será tener una transición energética más rápida de lo esperado por el mundo. Transitando a dejar de utilizar en forma más rápida el uso de carbón, y minorando cada día más la utilización del gas natural para la generación de electricidad u obtener poder calorífico. Esto derivado de la declaración conjunta entre EUA y la Unión Europea, al declarar: “Desarrollar una estrategia para acelerar el desarrollo de la fuerza laboral para apoyar el rápido despliegue de tecnologías de energía limpia, incluida una expansión de la energía solar y eólica”. Esto afectará también a China, y es debido a esto que la vemos tomando decisiones, como que invertirá más para tener una seguridad energética, al no dar pasos sin guarache.
El mundo invertirá en una transición de dejar de utilizar los combustibles fósiles para el transporte. Al hacer un cambio en mejorar los KM recorridos por cualquier motor, emplear biocombustibles y aditivos que puedan mejorar la calidad de la reacción química de la combustión para tener una mejor calidad del aire.
En México lo discutido en los últimos meses, es obsoleto y ya no tiene una vigencia para el futuro, ante la falta de un plan alineado a la nueva geopolítica que en menos de 30 días cambio el todo en el mundo.
Estar en una guerra cuesta, pero más cuesta no entender y adaptarse a los cambios en forma rápida.