La falta de competencia en el mercado del gas LP, que se caracteriza por la concentración en pocas empresas y las altas barreras de entrada, es un problema que afecta a los hogares de menores recursos y que ha sido señalado en diversas ocasiones por la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece).
Gas Bienestar no es la opción
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) coincide con la necesidad de gas LP a mejores precios para los hogares mexicanos. Sin embargo, considera que la creación de una nueva empresa financiada mediante recursos públicos y la eventual implementación de precios máximos, no resolverá el problema.
Por esa vía, se afectarán las finanzas públicas al distraer recursos que podrían emplearse en proveer mejores servicios de salud, educación, entre otros. Además, el mercado se concentraría en un solo jugador que desplazaría a los participantes privados, al ser la única con los recursos suficientes para poder vender gas LP a precios menores que su costo real. Tal concentración monopólica tiende a prestarse a un uso clientelar.
Los precios del gas LP
El alza en el precio del gas LP responde tanto a factores internos como la concentración del mercado en pocos participantes y la baja penetración de las redes de gas natural en las ciudades, como a circunstancias ajenas al país, en especial la creciente demanda en los mercados asiáticos, específicamente China e India.
En un mercado abierto no es posible determinar precios por decreto. Aunque se establezca un precio máximo en el mercado de venta al consumidor final, los distribuidores de gas LP seguirán comprando el combustible a precios de mercado.
Fijar los precios máximos por debajo de los precios de mercado internacionales tendrá un efecto negativo sobre las finanzas de la empresa de Gas del Bienestar y, por lo tanto, de las finanzas públicas. Además de incentivar la creación de un mercado negro de gas LP.
3 alternativas para tener un mercado de gas LP competitivo
El IMCO propone alternativas costo-efectivas, en las que el Estado mexicano no tendría que ejercer recursos públicos significativos:
1.-Facilitar el otorgamiento de permisos de importación y de distribución de gas LP al sector privado
La Secretaría de Energía (Sener) y la Comisión Reguladora de Energía (CRE) podrían simplificar los trámites administrativos para el otorgamiento de permisos; para promover la entrada de más participantes al mercado.
Las reformas a la Ley de Hidrocarburos, cuya implementación se encuentra actualmente suspendida, hacen lo contrario al elevar los costos para obtener permisos.
2.-Continuar las investigaciones y procedimientos en curso de la Cofece
En marzo la Cofece inició un procedimiento seguido en forma de juicio por la probable existencia de colusión en el mercado de comercialización y distribución de gas LP. De igual forma, en mayo de 2021 la Cofece inició una investigación para determinar si existen condiciones de competencia en el mercado de gas LP. Dependiendo de los resultados, la Cofece deberá establecer las medidas para transitar hacia un mercado con competencia efectiva.
3.- Incrementar la competencia entre el mercado del gas LP y el de gas natural
A través de la eliminación de barreras al gas natural residencial a nivel local. El gas natural es un insumo fundamental para la generación eléctrica y para la actividad industrial, sin embargo, con la excepción de ciudades como Monterrey, su penetración en el segmento residencial es baja por la falta de infraestructura de distribución y por las múltiples barreras a la competencia a nivel local.
México es vecino del mercado de gas natural más competitivo del mundo, el estado de Texas, y en años recientes ha realizado inversiones significativas para expandir la red de gasoductos.
Aprovechar esto y expandir la infraestructura de distribución de gas natural en los hogares permitiría contar con un sustituto a menor costo que el gas LP. Asimismo, un sustituto asequible y sostenible para hogares de bajos recursos son los calentadores y estufas solares o electrodomésticos eléctricos.
Los datos
De acuerdo con datos del INEGI, el 76% de ellos utiliza el gas LP como principal combustible para la cocción de alimentos y el 36% lo emplea para calentar agua. Además, el 31% del consumo total de energía del sector residencial en México corresponde a gas LP. Por último, el gas LP se emplea también en otros sectores, aunque en menor proporción: servicios, autotransporte e industrial, principalmente.
Desde la liberalización del mercado del gas LP en 2017, las importaciones por parte de empresas privadas se han incrementado significativamente y hoy representan aproximadamente 70% de la demanda; alrededor del 16% lo importa Pemex y el 14% se produce en el país.
Las fluctuaciones en el precio del gas LP tienen un impacto significativo en el gasto de la mayoría de los hogares mexicanos, pero particularmente en los de menores recursos, que destinan una mayor proporción de su ingreso para su adquisición. El gas LP es el quinto producto que más peso tiene en la canasta de consumo de los mexicanos.