El litio es un mineral esencial para transición hacia energías limpias y ha colocado a América Latina/Caribe en el centro de la escena global. Las reservas de salmuera de litio en Argentina, Bolivia y Chile se encuentran en la zona denominada “Triángulo del Litio”, que concentra cerca del 60% de las reservas mundiales de este preciado recurso, convirtiéndose en un pilar estratégico para el futuro energético del planeta. También existe potencial en países como México y Brasil aunque con extracción de roca (minerales graníticos de pegmatita)
A medida que la demanda global de litio continúa en aumento, impulsada por la revolución del almacenamiento y la electromovilidad, América Latina y el Caribe se perfilan como actores clave en este escenario. La capacidad para gestionar sus abundantes recursos de litio no solo determinará su posición en el mercado internacional, sino también su capacidad para impulsar un desarrollo sostenible y equitativo a nivel local.
Algunos países de la región se destacan como líderes en producción y modelo de transición como es el caso de Chile, segundo productor mundial de litio y que ha sido un actor clave en el mercado global. Sin embargo, el país está experimentando una transformación en su modelo extractivo, pasando de una concentración privada a una cooperación público-privada. Este cambio busca no solo diversificar las fuentes de inversión y gestión, sino también asegurar una mejor distribución de los beneficios derivados de la explotación del litio. La transición hacia este modelo mixto está promoviendo una mayor participación estatal en sectores estratégicos sin desincentivar la inversión privada.
En el caso de la Argentina, la producción de litio ha alcanzado niveles récord en 2023, aumentando más de un 30% respecto al año anterior y posicionándose como el cuarto productor a nivel mundial. El país ha adoptado un modelo extractivo federal, donde cada provincia tiene autonomía para negociar licencias, costos e inversiones relacionadas con la producción de litio. Este enfoque ha permitido un crecimiento significativo del sector minero, atrayendo inversiones de diversas empresas privadas. La descentralización en la gestión de los recursos ha incentivado un desarrollo dinámico y adaptado a las particularidades de cada región, potenciando el crecimiento económico y la creación de empleos.
Bolivia posee las mayores reservas explotables de litio del mundo y aún existe un gran potencial para aumentar la producción de este mineral. El desarrollo de la industria extractiva de litio en Bolivia se plantea bajo un modelo estatal y esta elección refleja una estrategia orientada a mantener el control y los beneficios de este recurso dentro del país, buscando asegurar que los ingresos generados por la explotación del litio se traduzcan en desarrollo social y económico interno. El desafío para Bolivia radica en desarrollar la infraestructura y la capacidad técnica necesaria para sostener una producción competitiva en el mercado global.
Si bien la región cuenta con un potencial significativo, también enfrenta desafíos importantes. Estos incluyen la necesidad de desarrollar infraestructura adecuada, fortalecer los marcos regulatorios, promover la inversión, la investigación y el desarrollo tecnológico, y garantizar prácticas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente y las comunidades locales.