Marcelo Rosa
Responsable en Poliuretanos para la Construcción Sustentable de la unidad Materiales de Performance de BASF.
En 2012, el Foro Energético Mundial (World Energy Forum) proclamó al 21 de octubre como el Día Mundial del Ahorro de Energía. Esta iniciativa tiene como principal objetivo promover el acceso universal a la energía y a su vez visibilizar el impacto que genera su uso en el ambiente. Sin embargo, esta fecha conmemorativa no solo invita a las sociedades a reflexionar sobre el consumo energético, sino también a tomar conciencia sobre la conservación y optimización en el uso de recursos naturales.
En ese sentido, el agua constituye un recurso natural fundamental para la vida y por eso, resulta esencial su cuidado. Veamos algunos datos: el 70% de la superficie del planeta está cubierta por agua, sin embargo, el 97% es agua salada y solamente el 3% es dulce. De este porcentaje total de agua dulce, los glaciares y la nieve componen casi el 70%, y el 30% restante permanece de manera subterránea o en la tierra. Únicamente el 0,025% corresponde al agua dulce de lagos y ríos, que son las fuentes superficiales habituales que la población utiliza para consumo diario.
El agua se utiliza para una multiplicidad de actividades humanas que requieren gasto energético, desde su extracción, potabilización y distribución, hasta el uso que se le dé internamente en cada hogar. Como se señaló anteriormente, existen distintas fuentes de las cuales se extrae agua, pero no todas aptas para el consumo humano. Según indica un estudio sobre calidad del agua del Ministerio de Salud de la Nación, entre el 69 y el 75 por ciento del empleo de agua se destina a la agricultura; entre un 22 y 23 por ciento a las industrias; y entre un 4 y 8 por ciento restante para consumo doméstico (agua para beber, saneamiento, recreación, etc.).
El sector de la construcción, por ejemplo, es uno de los grandes consumidores de energía y recursos, que impacta directamente en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). En cuanto a los recursos hídricos, se calcula que por cada metro cuadrado cubierto para construir una vivienda se utilizan aproximadamente 684 litros de agua. En ese sentido, las construcciones sustentables minimizan el uso de recursos naturales ya que promueven la utilización de técnicas innovadoras con materiales de bajo impacto en el ambiente, y reducen la demanda energética y de otros recursos durante el uso.
En Argentina, si bien este sector está modificando sus procesos de operación y continúa con la búsqueda de soluciones y tecnologías más sustentables, el consumo energético y de agua, y el alto volumen de residuos generados aun persiste. Por este motivo, surge la necesidad de continuar con su modernización y, en esa transición hacia construcciones más sustentables, es preciso desarrollar nuevas técnicas constructivas, incorporar materiales más eficientes y capacitar a todos los actores involucrados: desde la mano de obra hasta el usuario.
Actualmente, existen distintas tecnologías que permiten ganar en eficiencia energética, reducir costos de mantenimiento, aumentar la vida útil de las instalaciones y mejorar la calidad del ambiente. A continuación, algunas de ellas:
Pisos drenantes: solución para la reutilización del agua
Existen soluciones para pisos drenantes como Elastopave® que forman superficies resistentes, durables y permeables hasta en un 90%, permitiendo que el agua siga su curso natural a las napas freáticas y evitando que se estanque en épocas de lluvias. Es decir, al mismo tiempo que se presentan como un importante aliado para captar y reaprovechar el agua, evitan su acumulación y minimizan los impactos de las lluvias.
Los constructores utilizan este tipo de revestimiento para la pavimentación de áreas externas como calles, estacionamientos y ciclovías con el fin de evitar las inundaciones. Además, impide que las raíces de las plantas rompan el pavimento, garantizando una mayor durabilidad en ambientes naturales como parques, plazas y jardines.
Panelería aislante y eficiencia del consumo energético
Asimismo, otra forma de reducir el consumo energético es garantizando un mejor aislamiento térmico. Para ello se utilizan panelerías aislante y sistemas de espuma de poliuretano en spray en fachadas, techos y cámaras. La panelería aislante tiene la capacidad de cubrir térmicamente un espacio, permitiendo una eficiencia superior en todo tipo de construcciones, disminuyendo el consumo de energía en aire acondicionado o calefacción y mejorando el confort. Este es el caso de los paneles sándwich de poli-isocianurato (PIR) que, a su vez, no precisan del uso de agua en todo el proceso productivo, desde su fabricación hasta su construcción.
Las tejas y los paneles isotérmicos compuestos por chapas de acero intercaladas por una capa de espuma rígida reducen hasta 90% la transferencia de calor entre los ambientes. Al mismo tiempo, permiten un acabado estético para coberturas, fachadas y cierres laterales, que son 20 veces más aislantes que el ladrillo y 80 veces más que el hormigón y además, no pierden su capacidad aislante incluso tras un tiempo largo de uso.
Espumas expansivas aplicadas in situ en forma de spray para ahorrar energía
Las espumas de poliuretano tienen propiedades ideales para aplicar en construcciones rápidas, simples, económicas y sustentables. Dicho material ofrece un aislamiento térmico superior y es una alternativa ecológica que puede aplicarse en fachadas de edificios residenciales o comerciales, nuevos o restaurados.
Según diversos estudios, al aplicar cerramientos estancos al paso de aire se puede ahorrar hasta un 40% de energía. La aplicación de este tipo de espumas también crea un aislamiento que actúa como barrera de aire, ya que crea una capa continua, uniforme y sin fisuras en paredes, suelos y cubiertas.
Estas tecnologías avanzadas en materia de sustentabilidad, cuyo foco está puesto en el ahorro energético, la reutilización de los recursos y la disminución de los desechos, componen el universo de materiales que se utilizarán de acá en más en las construcciones. Si bien el recorrido hacia la obtención de construcciones sustentables es gradual y apunta al largo plazo, estas soluciones constituyen un aporte fundamental en el cuidado ambiental y de recursos naturales.