Música, colores, olores y sabores conforman el mosaico cultural del Día de Muertos en México. Del 31 de octubre al 2 de noviembre, tienen lugar una serie de eventos que conmemoran el retorno transitorio de nuestros difuntos. Como parte de esta tradición Club Premier, te comparte cinco opciones para revivir esta tradición y rendir tributo a nuestros difuntos.
1. Desfiles de catrinas.
El imaginario en torno a la muerte ha tenido eco en ricas manifestaciones artísticas. La Catrina es una prueba irrefutable. Fue el muralista mexicano Diego Rivera quien la creó. Se inspiró en La Calavera Garbancera, obra del ilustrador, grabador y caricaturista hidrocálido José Guadalupe Posada. En la actualidad, la Catrina es una de las figuras centrales en los desfiles en honor al Día de Muertos.
Dónde:
Revive el Desfile de Catrinas en San Miguel de Allende que se realiza el 1 de noviembre a las 20:00 hrs. Puedes acudir como espectador o convertirte en Catrín o Catrina, se premian a los mejores disfraces. Otra opción es el Festival de las Calaveras de Aguascalientes que ocurre los últimos días de octubre y los primeros de noviembre, te esperan carros alegóricos, altares vivientes, conciertos y mucho más.
2. Ficción vuelta realidad.
El Día de Muertos ha sido una fuente de inspiración para películas. Al mismo tiempo, la realidad se ha inspirado en ellas. Éste fue el caso de Spectre (2015), con las escenas de James Bond recorriendo el Centro Histórico de la Ciudad de México entre calaveras. Ficción que un año después se convirtió en el Mega Desfile de Día de Muertos. Por otro lado, la emotiva película Coco (2017) dio pie a la creación de una ruta por Michoacán que recuerda muchas de sus escenas.
Dónde:
Para recordar escenas memorables de ficción hechas realidad puedes acudir al Mega Desfile de Día de Muertos de la Ciudad de México, en dónde alebrijes, calaveras, catrinas y otros seres místicos deambulan cada 31 de octubre sobre Paseo de la Reforma. O bien seguir la Ruta turística Coco en Michoacán, que está integrada por sitios como Janitzio, Pátzcuaro y Santa Fe de la Laguna.
3. La muerte sabe dulce.
La celebración católica de Todos Santos del 1.o de noviembre, incluía la exhibición de “reliquias” –como huesos de Santos, a los que se les atribuían poderes milagrosos–. Tanto en España como en el México colonial, comenzaron a fabricarse dulces que imitaron dichas “reliquias”, a los que se les dio el nombre árabe de alfeñiques. El pan de muerto fue otra manera de reproducirlos.
Dónde:
Visita La Feria del Alfeñique de Toluca, que se remonta a 1630, cuando se comenzaron a fabricar figuras hechas con azúcar. De mediados de octubre a inicios de noviembre, encontrarás alfeñiques de las más diversas formas. O si te encanta el Pan de muerto no puedes dejar de visitar Mitla, aquí los panaderos son auténticos artistas que decoran el pan de muerto con filigranas y delicados detalles.
4. Visitar panteones.
Para facilitar el retorno de las almas a la tierra, algunas comunidades indígenas esparcen pétalos de flor de cempasúchil y veladoras en el trayecto de sus casas a los cementerios. Las tumbas se limpian y adornan con ofrendas y flores. La música no puede faltar durante la velada nocturna.
Dónde:
Entre los sitios memorables que ya han ganado fama internacional son la aldea nahua de Mixquic, en el Estado de México, y el pueblo zapoteca de Xococotlán, en Oaxaca.
5. Ofrendas llevadas a otro nivel.
Las ofrendas se preparan minuciosamente con los manjares favoritos de los difuntos. Entre los elementos occidentales destacan las flores, dulces de alfeñique, panes y velas; de los indígenas, la flor de cempasúchil, las frutas, el copal y la disposición por niveles –representan la división del cielo, la tierra y el inframundo–. Las fotografías que recuerdan a los seres queridos, el papel picado, así como las calaveritas de azúcar o chocolate, no pueden faltar.
Dónde:
Un clásico es la Megaofrenda de la UNAM, en la Ciudad de México, desde su primera instalación en 1997, en la Facultad de Medicina, ha tenido una diversidad de temáticas y sedes, entre ellas Universum, el Estadio Olímpico o la emblemática Plaza de Santo Domingo. Otra emblemática ofrenda es la de Hanal Pixán en la península de Yucatán en dónde cerca de las sepulturas de los familiares, se coloca una ofrenda con platillos típicos, destaca entre ellos el mucbipollo, un delicioso tamal gigante envuelto en hojas de plátano y horneado bajo tierra.
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