En un inusitado escenario de pandemia, las Fintech, cuyo ecosistema se ha consolidado pese al entorno económico actual, se han abierto paso gracias a la diversidad de sus productos, sus servicios y a su naturaleza tecnológica.
Muchas de estas fintech se han adaptado a las necesidades de nuevos consumidores, ofreciéndoles desde canales de pago, atención de manera remota e inmediata, alternativas de financiamiento y hasta fondeo colectivo.
La importancia de las fintech es tal, que el valor anual de las operaciones fintech en México es de más de 3 mil millones de dólares, con 4.7 millones de usuarios y un crecimiento del ecosistema de un 48%, según el Termómetro Fintech 2019 elaborado por el Banco Santander, Finnovista y Google.
“Las fintech que sobrevivieron fueron las que pivotaron y lograron ajustarse a los nuevos cambios, las que tenían disciplina financiera y ajustaron sus finanzas a la nueva realidad, así como las que tenían suficiente fondeo para sobrevivir al golpe que significó la pandemia. No obstante, las condiciones formadas a raíz del virus han acelerado procesos clave para la consolidación de algunos sectores fintech”, señala Sebastián Medrano, especialista en temas Fintech y Growth director en AlphaCredit.
Además, la digitalización de sectores como el comercio en pequeño continúa como área de oportunidad para las fintech, al integrar esquemas de inclusión financiera a través de terminales electrónicas, software y aplicaciones para facilitar las transacciones; las fintech se han constituido como una alternativa financiera y de apalancamiento para estas entidades económicas.
Pandemia no detuvo las inversiones
La pandemia no ha sido una piedra en el zapato para las fintech, pues existe más capital disponible para éstas, ya que 60% de las empresas de tecnología financiera mexicanas han recibido ya algún tipo de fondeo, según cifras de Finnovista, porcentaje validado por fondos de venture capital (VC) nacionales.
A esto se suma que luego “tras dos años de publicada la Ley Fintech, México cuenta con un ecosistema propicio para los emprendimientos tecnológicos y financieros, que lo ubican como uno de los países de América Latina con mayor inversión para las fintech”, agrega Medrano.
Es así como, por ejemplo, el año pasado, con la pandemia en ciernes, la fintech mexicana Creze levantó una ronda de inversión de 265 millones de pesos para la modernización de la banca destinada a Pymes.
Otras muestras del contexto de desarrollo en México para el sector son: Stori, la empresa de servicios financieros digitales, que en fechas recientes recaudó fondos en una Serie B por 32.5 millones de dólares liderados por Lightspeed Venture Partners, con sede en Silicon Valley, con la participación de inversores existentes Vision Plus Capital, BAI Capital y Source Code Capital.
Asimismo, el banco digital Albo recaudó en diciembre pasado 45 millones de dólares en una operación capitalizada por los grupos inversores Valar Ventures, Greyhound Capital, Mountain Nazca y Flourish Ventures.
También Goldman Sachs proporcionará 160 millones de dólares de apoyo para la tecnológica financiera Konfío, lo que le permitirá aumentar el número de préstamos que otorga a pequeñas y medianas empresas.
De igual forma, la mexicana de pagos móviles Cuenca, espera cerrar una ronda de financiamiento de 50 millones de dólares que le permitirá acelerar los planes de expansión en el segundo trimestre del 2021.
Pendientes para las fintech
Si bien este año implicará desafíos para el sector, también se prevé una consolidación, toda vez que se han incluido servicios y se han impulsado sinergias entre la banca y las fintech. Datos de Finnovista y el BID revelan que 29% de las empresas fintech busca atender necesidades de corporativos y bancos, siendo el segundo segmento de clientes en cuanto a relevancia para las empresas tecnológicas.
A estas expectativas colaborativas, se suman las resoluciones suspendidas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), ya que desde hace un año no se ha resuelto la situación jurídica de diversas compañías de tecnología financiera que solicitaron autorización para operar.
Además, se debe atender aspectos técnicos como la ciberseguridad ante el robustecimiento de las amenazas por robos de información, hackeos o fraudes, los cuales también incrementaron con la pandemia.
“México cuenta con un sector fintech que se consolidará gracias al impacto positivo que generan sus empresas en la inclusión financiera en segmentos como préstamos, pagos y remesas y gestión de finanzas empresariales, pero sobre todo porque las fintech fomentan nuevos modelos de negocio con tecnología y soluciones innovadoras para consumidores cada vez más digitales”, indica Sebastián Medrano.