El incremento de la urgencia mundial en torno al cambio climático ha acelerado las acciones de los gobiernos, empresas y partes interesadas para alcanzar los objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en 50% para 2030 y de cero emisiones netas para 2050.
Solo por mencionar algunos casos, Estados Unidos busca reducir las emisiones a la mitad para 2030; la Unión Europea se proponer aumentar el objetivo de reducción de carbono del 40% al 55% para 2030; y China busca lograr la neutralidad de carbono para 2060.
Mientras que, en el sector empresarial, las compañías siguen dos principios rectores de acción: defensa y ofensiva.
Por una parte, las empresas han empezado a anticiparse con informes y previsiones para los accionistas, así como a reportar posibles activos que dejarán de operar por nuevas regulaciones medioambientales.
Por otra parte, las empresas están tomando la ofensiva mediante el aprovechamiento de las oportunidades de la transición de carbono para crear nuevo valor, como el desarrollo de productos y servicios para ayudar a otras organizaciones con sus acciones de descarbonización.
De acuerdo con una reciente investigación de Bain & Company, el 60% de los líderes empresariales del sector de energético y de recursos naturales a nivel mundial afirmó que la transición energética es fundamental para el futuro de su sector.
Adicionalmente, el 35% de los líderes empresariales encuestados indicaron que están empezando a cambiar sus prioridades y a crear oportunidades de descarbonización.
Ante este panorama, es importante considerar las siguientes preguntas para definir, implementar e impulsar acciones de descarbonización en el sector empresarial:
1. ¿Qué nivel de ambición y rapidez debe tener el plan de descarbonización? Después de determinar la línea de base de las emisiones, hay que definir el equilibrio entre la velocidad y la ambición.
2. ¿Cuáles son los recursos disponibles? Hay tres opciones -estratégicos, operativos y de compensación- y la clave está en decidir cuáles desplegar y cómo priorizarlos a lo largo del tiempo.
3. ¿Cómo ajustar la organización al plan? Integrando la descarbonización en las opciones de compra y los ingresos, y luego comunicar estos esfuerzos a los clientes como parte de la nueva propuesta de valor de la organización.
4. ¿Cómo involucrar a otros actores en los planes de descarbonización? Creando diálogos con organizaciones más allá de los muros de la empresa y buscar asociaciones productivas.
Por último, es importante considerar que la descarbonización también puede aportar beneficios a las organizaciones en términos de reducción de costos y de crecimiento al mismo tiempo que se protegen de riesgos empresariales.