Una medida decisiva fue parar en seco la tendencia privatizadora, dijo Andrés Manuel López Obrador, en su Tercer Informe de Gobierno, lo más importante, “hemos detenido las privatizaciones en el sector energético, en petróleo y electricidad”.
En su discurso señaló que, la nueva política energética busca producir en México las gasolinas que el país consume y dejar de importarlas y para ello se invertirá en la modernización de las seis refinerías que tiene Petróleos Mexicanos.
Pemex aportará 560 mil barriles de combustibles
En tres años, la inversión pública destinada a las refinerías ha sido de 33 mil 581 millones de pesos. Al inicio de la administración, de acuerdo con los datos oficiales, las refinerías transformaban 511 mil barriles por día y ahora procesan 706 mil barriles diarios, es decir, 38 por ciento más.
De acuerdo con los planes del gobierno federal, las inversiones estratégicas sumarán 560 mil barriles de combustibles para el mercado mexicano. El reinicio de la construcción de la coquizadora de Tula, Hidalgo ampliará la producción de esa refinería en 70 mil barriles diarios de combustibles.
En julio del año próximo, la nueva refinería de Dos Bocas, Paraíso, Tabasco, quedará lista con una capacidad para procesar 340 mil barriles diarios.
Y la adquisición de la refinería Deer Park, de Huston Texas, por 596 millones de dólares, que ahora será propiedad total de Pemex y la producción de gasolinas y diésel y otros combustibles, 150,000 barriles diarios, se destinarán al mercado interno de nuestro país.
Reforma constitucional de la industria eléctrica
En cuanto a la industria eléctrica, Andrés Manuel López Obrador dijo que, “este mes voy a enviar al Congreso una iniciativa de reforma constitucional que permitirá reparar el grave daño que causó la privatización al sector privado y a la economía popular.
En el discurso comentó que, “ahora estamos modernizando las plantas hidroeléctricas para reducir el uso de combustóleo y carbón en la producción de electricidad. La energía que se produce con agua es limpia y barata, de ahí que hayamos decidido cambiar turbinas antiguas por equipos modernos, lo cual nos permitirá aprovechar la infraestructura existente y el agua de los embalses para producir más electricidad sin construir nuevas presas, sin causar afectaciones y reducir la emisión de gases de efecto invernadero”.
“La meta es que tengamos abasto público suficiente de energía eléctrica, que no haya apagones y evitar en los hechos que los consumidores domésticos paguen la luz con tarifas más elevadas que las corporaciones empresariales y las grandes cadenas comerciales, puntualizó el Ejecutivo.