Inflación todavía alta
El Comité de Operaciones de Mercado Abierto de la Reserva Federal informó que “la actividad económica se ha continuado expandiendo a un ritmo sólido, el mercado laboral continua fuerte y la tasa de desempleo permanece baja. La inflación ha disminuido durante el último año, pero permanece elevada; en los últimos meses el progreso hacia la meta de inflación de 2% se ha moderado considerablemente”. Por eso, la Reserva Federal observó que las expectativas inflacionarias no han cedido en su totalidad por lo que decidió mantener la tasa de interés de referencia en un intervalo de 5.25% a 5.50%.
En este contexto la próxima reunión de la Junta de Gobierno de Banco de México tendrá que observar lo señalado por la Reserva Federal y mantener la tasa de interés de referencia en 11% derivado de fuertes presiones inflacionarias. La inflación en mayo pasado ascendió a 4.69%, mientras que la inflación no subyacente ascendió a 6.19%. De hecho, los centros comerciales están actualizando los precios en el transcurso del día y en la central de abastos los precios se están moviendo al alza de una manera vertiginosa. Ambos juntos están ejerciendo una presión muy fuerte sobre la tendencia ascendente de los precios.
Tipo de cambio presionado
En este contexto, el tipo de cambio está reflejando una alta volatilidad y en las últimas semanas se ha depreciado 10% hasta alcanzar el pasado 13 de junio 18.90 pesos por dólar. Sin embargo, en los bancos se vende en hasta 20 pesos por dólar. Con ello, se muestra que la especulación está a todo lo que da. Cabe señalar que si se consolida una corrida de dólares hacia el exterior con toda tranquilidad podríamos llegar a los 20 pesos por dólar al escasearse esta divisa, ya que los inversionistas financieros cambian sus pesos por dólares y salen del país rápidamente. A esto agréguele la fuerte presión inflacionaria que tiende a la depreciación del tipo de cambio, y se terminará por fin una época en la que el peso mexicano estuvo sobrevaluado. Ante una consolidación de la recuperación económica estadunidense, el dólar ha comenzado a apreciarse en los mercados cambiarios globales.
Ante una depreciación, el costo de nuestras importaciones se elevarán en 15% lo que también presionará a los precios internos. Aunque los beneficiados son nuestros compatriotas que reciben remesas y que aumentarán sus ingresos con esta devaluación. Finalmente, la posible intervención del Banco de México para inyectar dólares al mercado no resolvería la depreciación del tipo de cambio por lo que se debe de mantener el régimen de flotación cambiaria y permitir que el tipo de cambio se determine por la oferta y la demanda de dólares en el mercado cambiario.