En su reunión de política monetaria de julio, la Reserva Federal (Fed) subió de manera unánime su tasa de fondos federales 25pb para alcanzar un máximo de 5.50%. El movimiento está en línea con lo esperado por el mercado y consistente con la comunicación de la banco central estadounidense; en el futuro cercano no se descarta otra alza de tasa, aunque también se vislumbra el fin del ciclo de alzas, aunque todo será dependiente de los datos.
La posición monetaria de la Fed seguirá siendo altamente restrictiva, ya que se confirma que seguirá la reducción de su hoja de balance, en un entorno donde la banca se mantiene sólida y resiliente, pero persisten riesgos para la estabilidad financiera. Las condiciones financieras están apretadas y afectaran a las empresas y hogares, situación que permite inferir que el escenario de recesión no está descartado, aunque la economía crece a un ritmo moderado.
El balance de riesgos para la inflación se mantiene incierto, por lo que un alza adicional de 25pb para la reunión de septiembre sigue siendo probable, ya que al tener que actualizar su escenario económico para esa fecha, sería ideal para dar por concluido el ciclo de alzas, aunque todo seguirá siendo dependiente de los datos. La decisión de la Fed no modifica la trayectoria de política monetaria de Banxico, por lo que se mantendrá la pausa monetaria en su reunión de agosto y durante todo el 2023, a fin de reducir su tasa de referencia hasta el 1T2024.
En mi opinión, la decisión de la Fed representará un desafío para la comunicación de Banxico, ya que no queda claro que se tenga una separación en el ciclo económico de las economías, más aún, con la persistente inflación subyacente que hay en México. El comunicado de política monetaria de Banxico para el mes de agosto será clave para mantener el anclaje de las expectativas de inflación, en un entorno de riesgos financieros. Ahora más que nunca se debe contemplar la necesidad de que la cabeza de Banxico tenga la obligación de hacer una conferencia de prensa tras la publicación de la decisión de política monetaria como se hace en EUA. Los mercados operan estables y no debería sorprender una ligera depreciación del peso que sería muy sana para la economía local, aunque la remesas y los ingresos turísticos seguirán siendo un factor de apreciación del peso.