Como prolegómeno vamos a citar el chiste aquel en el que el bateador con 3 bolas y dos strikes se envasa en primera y con algo de suerte se regresa a home y anota carrera.
La inflación general, en el mes de marzo, fue de 6.85% a tasa anual. Si bien esta tasa pareciera descendiente es mera ficción y nos recuerda a aquellos tiempos en que Banco de México “cuchearaba” los ponderadores para que el índice general fuera menor. Pues da la casualidad que el rubro de alimentos que incorpora los productos de consumo básico se elevó en abril a 16% (medido por el INEGI) mientras que en la realidad llegó a 20-25%, esto es en los supermercados, los tianguis, los mercados informales y las tienditas de la esquina.
Con ello parecería ser que la tendencia descendente de la inflación no se podrá consolidar sino hasta finales de 2025 como ya lo había señalado el Banco de México. Con ello el descenso de las tasas de interés tampoco podrá consolidarse y seguirá siendo un mecanismo de contención y de destrucción de la demanda para contener la inflación.
En la próxima reunión de la junta de gobierno de Banxico se estima un incremento de un cuarto de punto en las tasas de interés de referencia para ubicarse en 11.25%, estimándose en este año, por lo
menos otros tres incrementos.
Cabe destacar que la banca comercial ha empezado a elevar las tasas de interés hipotecarias y de autos ubicándolas 5 puntos porcentuales arriba de la tasa de interés interbancaria de equilibrio (TIIE). Ya no digamos de las tarjetas de crédito que ya algunas rondan los 60-80% de interés anual, o hasta para el 150% anual para el caso de las tarjetas de crédito de tiendas departamentales.
En síntesis, las tendencias descendientes no tendrán lugar en el futuro cercano.