La industria energética es uno de los pilares de la economía global; sin energía no hay desarrollo industrial posible ni aumento en la productividad empresarial. Sin embargo; la participación de las mujeres en este sector sigue siendo menor a la de los hombres, en parte por falta de oportunidades y por la perpetuación de convencionalismos sociales que tradicionalmente favorecen la inclinación de los hombres hacia las actividades relacionadas con esta industria.
De acuerdo con el estudio “Energía y Género” de la Agencia Internacional de Energía (IEA), las mujeres representan sólo el 22% de la industria energética global. Una tendencia de la cual México no está exento, ya que el porcentaje de mujeres en el sector energético mexicano es apenas superior, con apenas el 28% de las posiciones ocupadas por mujeres.
Uno de los factores más importantes que han reducido la brecha de género en el sector es el acceso de la smujeres a la educación superior en carreras STEM (Ciencia,Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Según el informe “Las mujeres en Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM) en América Latina y El Caribe 2020” de ONU Mujeres y UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), sólo el 35% de los estudiantes de carreras y programas STEM son mujeres.
Sin embargo, existe una fuerte tendencia que podría revertir esta realidad en la industria. Por un lado, el estudio “Mujeres y niñas en STEM” del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) señala que en las últimas cuatro décadas la representación de las mujeres en las universidades se ha duplicado. El IMCO también asegura que en los últimos diez años 31 de 32 Estados de la República redujeron la brecha de género en programas educativos STEM.
A pesar de la tendencia positiva, el rito del cambio hacia la igualdad ha sido particularmente lento en la industria energética, y aún falta mucho por hacer para que la participación femenina tenga el mismo peso que la de los hombres. El mismo estudio indica que, de mantener la misma tendencia de la última década, tomaría 37 años incorporar a las mujeres restantes y cerrar por completo la brecha de género.
Por otro lado, es importante reconocer que existen ejemplos destacados de liderazgo femenino actualmente en la industria energética mexicana y el rol clave que juegan para reducir la brecha. Romina Esparza, Directora de desarrollo de Negocios para Energía e Industrias de Procesos en México, Centroamérica y el Caribe de Black & Veatch es uno de ellos, con una trayectoria de más de quince años en el sector. Actualmente, Romina está enfocada en impulsar proyectos de energías limpias y con enfoque en la descarbonización así como de infraestructura crítica que han hecho de Black & Veatch la empresa referente global en el sector.
Desde su posición, Romina Esparza ha contribuido a reducir la brecha de género, profundizando en México las políticas que han llevado a Black & Veatch ha conseguir por cuarto año consecutivo la puntuación perfecta en el Índice de Igualdad Corporativa de la Human Rights Campaign Foundation, la cual premia la diversidad, equidad e inclusión de las empresas:
“En Black & Veatch vivimos una cultura de inclusión que se ve reflejada en la conformación de nuestros equipos de proyectos. La diversidad no solo de género, sino cultural y generacional ha contribuido a que Black & Veatch se convierta en uno de los referentes globales en proyectos de desarrollo de infraestructura crítica para la transición hacia modelos sustentables de energía, pero también en un promotor de la participación de las mujeres en puestos de liderazgo en el sector”, expresó Romina Esparza.
Este 8 de marzo, en el marco del Día Internacional de la Mujer, vale la pena reflexionar sobre el papel que tienen las empresas líderes del sector y sus directivos en impulsar espacios de participación de mujeres libres de discriminación o barreras de entrada asociadas al género. Las actividades que podrían beneficiarse más del talento femenino son innumerables, y generar una mayor vinculación entre industria y las universidades para promover el acceso de más personas a un aprendizaje práctico centrado en las tendencias tecnológicas de la industria actual es una de las claves en este proceso.
Todas las partes que conforman a la industria energética tienen un mundo por ganar con la incorporación del talento de las mujeres, que en colaboración y competencia justa con sus contrapartes masculinos, impulsarán el futuro de la energía.