La mayor prioridad de las empresas mexicanas se focaliza en los ODS 8 -Empleo digno y crecimiento económico- y ODS 3 -Buena salud-, como consecuencia de los impactos de la crisis por COVID-19, revela el estudio “Las empresas mexicanas por la Agenda 2030 en la década de la acción”.
En la presentación realizada por la realizado por la Red de Pacto Mundial México, comenta que a esa problemática se suma, que existe una falta de comprensión entre el vínculo de las acciones que pueden llevar a cabo las empresas y su impacto en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y sus metas. La encuesta revela que apenas un 17 de las empresas tiene el conocimiento total de los objetivos ODS.
Incluso el cuidada del planeta está relegado a un segundo plano, a pesar de las evidencias de la ciencia. Aquellos objetivos vinculados directamente con la conservación ambiental (acción climática, protección de ecosistemas acuáticos y terrestres) han quedado relegados a las últimas posiciones del interés de las empresas, especialmente de las grandes empresas.
Hay otro hándicap en la consecución de los objetivos, se ha identificado una falta de protagonismo de aquellos ODS vinculados con el buen gobierno de las empresas (en especial el ODS 16, que ha sido elegido como prioritario solo por un 2% de las grandes empresas), que representa uno de los pilares de la gestión responsable del negocio.
Afortunadamente, existe en tejido empresarial con las mismas inquie tudes. Hay una visión común por parte de las empresas sobre aquellos aspectos vinculados con el desarrollo sostenible en los que pueden influir, ya que se ha identificado el mismo “top 3” de ODS para empresas de distintos tamaños y sectores.
COVID-19 agudizó la crisis
El impacto por COVID-19 ha sido especialmente visible en muchos de los países emergentes de América Latina y el Caribe. Las desigualdades que caracterizan la región, las carencias en términos de acceso a salud y educación, la informalidad del empleo, la dependencia del turismo – entre otros muchos otros aspectos-, se han visto especialmente agravados por los efectos de la pandemia, y México no ha sido la excepción.
En este contexto, la necesidad de actuación del sector privado para atenuar los impactos de la crisis es más relevante que nunca. Tanto en términos de creación (y mantenimiento) del empleo, como de apoyo a los empleados (salud y bienestar) o incluso en lo que respecta las iniciativas de ayuda a los colectivos más vulnerables (a nivel sanitario, pero también socio-económico), la acción empresarial será crucial para asegurar una recuperación sostenible a largo plazo y evitar que los logros con[1]seguidos para los ODS no se vean menguados.
Sin embargo, los indicadores actuales de seguimiento en la consecución de los ODS (Sustainable Development Report 2020) muestra que México tiene que seguir enfocando sus esfuerzos en lo que respecta a la lucha contra el hambre (ODS2), el agua limpia y el saneamiento (ODS6), la garantía de un trabajo digno para todos (ODS8), la industria, innovación e infraestructura (ODS9), la reducción de las desigualdades (ODS10), la lucha contra el cambio climático (ODS13) y la existencia de instituciones sólidas que aseguren la paz y la justicia (ODS16)
Estos retos no han hecho más que acentuarse con la crisis por COVID-19, sobre todo las situaciones preexistentes de desigualdad que están condicionando la gravedad de los impactos sobre los diferentes colectivos y clases socio-económicas, las cuales no se ven afectadas con la misma severidad.
Aquí puedes descargar el informe: https://bit.ly/3v9NPn4