Aunque todavía quedan muchos aspectos por trabajar y mejorar, en México se han registrado avances concretos en materia de salud, seguridad social, acceso a la justicia y al empleo para la comunidad LGBT+. En el país, el 3.2% de la población se identifica como ‘no heterosexual’, según una encuesta realizada por el Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred), mientras que, otro sondeo realizado por la consultora Ipsos, estima que el número asciende a 11%.
En este sentido, de acuerdo con cifras de la Radiografía del Emprendimiento en México 2021, publicada este año por la Asociación de Emprendedores de México (ASEM), el 7% de las personas fundadoras de empresas mexicanas se identifican como parte de la comunidad LGBT+, mientras que el 84% no pertenece a ningún tipo de grupo particularmente vulnerable, como es el caso de la población indígena (4%), con discapacidad (4%), migrantes (3%) o afromexicanos (1%).
“El ecosistema empresarial de México es diverso y vibrante. Se trata de millones de empresas que compiten y colaboran por entrar a mercados que atienden a una población igualmente diversa y enorme. A primera vista, un 7% puede sonar bajo, pero es de celebrarse que exista una correlación muy cercana entre el porcentaje de emprendedores LGBT+ y el porcentaje de esa población en el país, que ronda el 11%. Por supuesto que son necesarias estrategias de mayor inclusión y expansión de esta comunidad emprendedora, pero el momento actual es favorable y esperanzador”, explica Juana Ramírez, Presidenta del Consejo Directivo de la ASEM.
Mayor inclusión y diversidad en las empresas
Según los hallazgos de la Radiografía del Emprendimiento en México 2021, al frente de 62.8% de los emprendimientos mexicanos se encuentran personas de entre 16 y 45 años. Destaca que 29% de los emprendedores mexicanos tienen menos de 35 años.
La coyuntura actual retrata un cambio generacional en el ecosistema empresarial del país, que funciona como caldo de cultivo ideal para la creación de mercados más inclusivos y diversos, ideal para la consolidación de la comunidad LGBT+ en materia de negocios.
Debido a esto, es imprescindible fortalecer el ecosistema empresarial y configurar un entorno en el que la inclusión y la diversidad sean prioridades. Implementar activamente estrategias enfocadas en estos dos valores genera que los equipos de trabajo sean más innovadores, productivos y creativos. De acuerdo a estudios de la Harvard School of Business, algunas de estas acciones pueden ser: liderazgos inclusivos y con enfoque de comunidad; políticas internas incluyentes que vayan más allá de considerar la diversidad en aspectos como la raza o el género, sino que también abarquen cuestiones psicológicas como la personalidad o los valores, así como promover una cultura de intercambio de conocimientos.
En el mismo sentido, contar con equipos más diversos e incluyentes permite mejorar la toma de decisiones, debido a que se pueden tener puntos de vista desde diferentes perspectivas.
“La población de emprendedores en México está cambiando constantemente, al igual que las demografías de los mercados clave en el país. Cada vez hay más jóvenes en ambos lados de la oferta y demanda, lo que genera climas de mayor diversidad e inclusión en el país. Esto permite hacer de lado prejuicios del pasado y que comunidades vulnerables se sientan cada vez más arropadas y acompañadas en sus esfuerzos por emprender”, apunta Juana Ramírez de la ASEM.
La comunidad LGBT+, un mercado en crecimiento
Esta comunidad se caracteriza por ser un mercado que se encuentra en constante crecimiento y desarrollo. Según datos de la firma inglesa LGBT Capital, en 2019 la capacidad de gasto de la comunidad LGBT+ a nivel global ascendió a 3.9 billones de dólares, mientras que en el caso de México la cantidad rondó los 66 mil millones de dólares.
En este sentido, no es una sorpresa que buena parte de las empresas volteen a ver a esta comunidad, tanto para apoyarla durante momentos como el Mes del Orgullo o para solucionar problemas de mercado que no atienden a estas poblaciones. Sin embargo, expertos señalan que las compañías no deben caer en el rainbow washing, es decir, explotar una imagen pública sin contar con políticas de inclusión sustantivas.
“Los esfuerzos de las empresas por ser más incluyentes y diversas no deben limitarse a su comunicación mediática, sino que se tiene que trabajar al interior de las organizaciones para desarrollar entornos de trabajo más seguros y respetuosos. No se trata de cumplir cuotas de representación o hacer publicidad a costa de un grupo, esto se trata de trabajar arduamente para generar espacios en que todos nos sintamos bienvenidos y cómodos”, concluye Ramírez.La segunda edición de la Radiografía del Emprendimiento en México puede consultarse de manera gratuita en: www.asem.mx