Este 2022 está lleno de muchos retos a nivel mundial, entre los cuales, el sector energético sigue apostando por la generación de energías limpias, mismas que tratarán de hacerle frente a la demanda de los consumidores y en el proceso de la transición energética.
Un ejemplo de ello es la energía generada a partir del viento, es decir, que se obtiene del aprovechamiento de la energía cinética de las masas del aire.
En varias partes del mundo como Alemania, Brasil, China, España, entre otros, han puesto en marcha programas para eficientar el uso de energía eólica con gran éxito, es por esto que Manuel Salas, director general de CIPRO señaló que “el desarrollo eólico en México tiene impactos importantes en la economía nacional y regional.”
Actualmente, detalló, hay 68 parques en operación en 14 estados de la república, que tan solo en el cierre del 2021 aumentaron su capacidad a 7 mil 800 megawatts, representando el 8.6% de la capacidad instalada, en las cuales se ha realizado una inversión de más de 13 mil millones de dólares.
En México, los principales estados que resaltan por la generación de energía eólica son Oaxaca, Tamaulipas y Nuevo León, ya que además han influido en el crecimiento de empleos en las zonas de instalación.
Si bien existen muchos mitos alrededor de esta industria, es necesario resaltar sus realidades, ya que hoy por hoy casi el 6% de la electricidad que se genera con turbinas eólicas, equivale a satisfacer las necesidades de más de 6 millones de mexicanos.
En la próxima década, el despliegue de electricidad limpia debe acelerarse tanto para reemplazar los combustibles fósiles como parte de la transición energética, así como para satisfacer la creciente demanda de electricidad a medida que se usa, además de ser una herramienta para llegar a todas aquellas comunidades que aún carecen de este servicio.
En conclusión, la energía eólica y la hidráulica son las formas de energía más baratas y limpias que están preparadas para liderar esta transformación.