De acuerdo al último registro de los Censos Económicos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México 99.8% de las empresas son micro, pequeñas y medianas. De ellas depende aproximadamente 70% de los empleos en el país, según estimaciones del Instituto Mexicano para la Competitividad. Y una buena proporción de esos negocios se trata de empresas familiares que se heredan de generación en generación y que enfrentan diversos retos con cada pase de estafeta.
La mayoría de las empresas familiares no sólo heredan el negocio, sino también el ‘mindset’ con el que se operan. Las dinámicas que llevan años, sino es que décadas, funcionando se siguen de un cambio de administración a la que sigue. Sin embargo, esto no es necesariamente lo mejor.
“En México, 3 de cada 10 empresas familiares sobreviven al primer cambio de generación y solamente 1 de cada 10 sobrevive al tercero. En buena medida esto se debe a que frente a problemas y escenarios nuevos, se continúan empleando las mismas soluciones del pasado. En medio de mercados complejos y emergentes, los liderazgos de las empresas familiares deben reinventarse para que sus negocios no sólo sobrevivan, sino que también crezcan”, explica el Guillermo Cruz, actual Presidente de ACAD y Socio de RSM México.
Cambio generacional de líderes
El paisaje del ecosistema empresarial en México se encuentra en constante reconfiguración. De acuerdo a datos de la Radiografía del Emprendimiento en México 2021, de la Asociación de Emprendedores de México (ASEM), casi la mitad de las PyMEs del país (45%) son empresas familiares y entre los principales motivos de los fundadores para empezar una compañía están: el crecimiento personal y profesional, solucionar un problema en el mercado o la sociedad y porque encontraron una oportunidad de negocio rentable.
De acuerdo con el Guillermo Cruz, una de las grandes diferencias entre las empresas familiares y las que no lo son es que para líderes o fundadores hay más en juego que una empresa, se trata del legado familiar. “Es común que con la llegada de un nuevo liderazgo existan ciertos temores o resistencias al cambio, ya sea de otros miembros de la familia, de los socios o incluso de los mismos colaboradores. Los nuevos líderes que quieran cambiar la mentalidad de su empresa familiar deben tener claro que esos cambios deben obedecer a una estrategia de fondo, no se trata de cambiar por cambiar o de mantener todo estático, sino de analizar y capitalizar las oportunidades”.
Heredar ciertas prácticas y costumbres puede ser benéfico, siempre y cuando los resultados sean favorables en el corto, mediano y largo plazo. Un ejemplo son las ventas online, tal vez no todas las empresas familiares pequeñas tengan considerados a los canales digitales como una prioridad porque su principal fuente de ventas son los espacios físicos; sin embargo poco a poco el comercio electrónico comienza a despuntar, de modo que lo que hoy es una estrategia viable, con el tiempo podría dejar de serlo.
Al respecto, el también socio de RSM México añade que un sólido gobierno corporativo es clave no sólo para la transición generacional, sino también para contar con una estructura sólida que permita a una empresa detectar posibles áreas de oportunidad y un camino viable para aplicar mejoras de cualquier tipo.
Nuevos problemas, nuevas soluciones
El 2022 se está colocando como un año desafiante para las empresas y de acuerdo a proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), el próximo año será aún más complejo por lo que no descarta una recesión mundial. Ante este nivel de riesgo las empresas deben blindar sus operaciones, generar estrategias efectivas y minimizar pérdidas.
“Todos conocemos la definición de Einstein de locura: ‘hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes’. Algo similar se puede decir de las empresas familiares y, por ello, no es sorprendente—aunque sea doloroso—que este tipo de negocio no sobreviva el tercer recambio generacional. El mundo está en constante cambio. Se modifican los hábitos de consumo de los clientes. Hay una transformación perpetua en las lógicas de las cadenas de suministro, y por supuesto, que la integración digital y tecnológica abre distintas veredas de oportunidad. Frente a este tipo de contextos no se puede operar una empresa con los mismos marcos lógicos de hace 10, 15 o 60 años. Para nuevos problemas, invariablemente se necesitarán nuevas soluciones. Y ésas no llegan siguiendo las fórmulas del pasado”, concluye el Dr. Cruz de ACAD y RSM México.