Para 2024 un fantasma recorre el planeta: la incertidumbre. A diferencia de la crisis de 2008- 2009 en la cual se veían muchos factores que preveían un desplome de la economía mundial, para el presente año la incertidumbre parece reinar en todo el planeta y no sabemos a dónde vamos.
A nivel internacional los conflictos muestran un sesgo negativo: el cierre del canal de Suez, el cierre del Mar Rojo, el conflicto de Israel y Palestina, la continuidad del conflicto de Ucrania y Rusia, los conflictos en las rutas comerciales mundiales, las más de 70 elecciones que se celebrarán durante 2024 en el mundo, los incrementos en el precio del petróleo, y los eventos catastróficos relacionados al medio ambiente no nos dejan generar pronósticos.
Parecería que la economía mundial se está enfriando y que los planteamientos para resolver los problemas económicos se tornan cada vez más complejos. El Fondo Monetario Internacional prevé que la economía crezca en 2024 un 2.9%. También habría que explicar que está ralentización de la economía mundial podría ser un adelanto de una nueva crisis a nivel mundial.
Cabe destacar que la inflación a nivel mundial sigue repuntando a pesar de los mecanismos de control que han establecido las instituciones fiscales y monetarias en el mundo. En particular, la economía de los Estados Unidos de Norteamérica registró en diciembre una tasa anual de 3.9%, aunque quitándole alimentos y energéticos (que son muy volátiles) se ubicó en 3.4%. Este incremento en la tasa de precios se salió del objetivo de la Reserva Federal de los Estados Unidos de Norteamérica de 2%. Esto anticipa que las tasas de interés de referencia no bajarán durante el presente año.
En cuanto a las tasas de desempleo se prevé para la economía mundial una tasa de 5.2% en 2024, aunque Europa anda rondando el 10%. En los Estados Unidos de Norteamérica registraron en 2023 una tasa de 3.2% lo que está muy cerca del pleno empleo.
Para México, la incertidumbre es cada vez mayor, especialmente en un año de elecciones con un crecimiento sexenal promedio de 1%, y con el enfriamiento mostrado en el tercer trimestre de 2023 de la economía nacional. Lo anterior podría agudizar las tasas de desempleo y mantener las tasas de interés en 11.25%. Bajarlas aceleradamente, han advertido expertos como el Dr. Carstens, podría retroalimentar la inflación. Por lo tanto, parece que este año se mantendrán las altas tasas de interés para los ahorradores, los acreedores y los tarjetahabientes.
En síntesis, el Banco de México tendrá que seguir protegiendo el poder adquisitivo de la moneda mediante políticas restrictivas a fin de neutralizar el excesivo gasto que está haciendo el Gobierno Federal.