Siemens, líder en innovación y tecnología en software y automatización industrial, da a conocer su visión sobre los retos que enfrenta el sector de la manufactura en cuestión ambiental y presenta una guía para superarlos basada en la Electrificación Inteligente. Las acciones que se emprendan en dicho segmento son cruciales, dado que la industria acapara un tercio del consumo total de energía que se realiza en el mundo.
Al igual que el resto de la economía, las empresas industriales están saliendo de un año dominado por la pandemia generada por la COVID-19, algunas en mejor posición que otras, ya sea por razones geográficas o por su sector específico. Independientemente de cómo hayan sobrellevado el año, ahora mismo tienen la oportunidad de avanzar en el marco de la recuperación verde post-pandemia. Sobre todo porque este año de incertidumbre ha arrojado una brillante luz sobre otro reto urgente al que se enfrenta el mundo: el cambio climático.
Se ha llegado a un punto de inflexión, en el que se ha consolidado el consenso en torno a la necesidad de una acción concertada y significativa para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GHG, por sus siglas en inglés). Esto se aplica igualmente al sector industrial, incluyendo a los procesadores y fabricantes que demandan mucha electricidad. Preocupa que, mientras que otros sectores, como el de generación de energía, la agricultura y el residencial, han comenzado a reducir sus contaminantes, el de la manufactura difícilmente lo ha hecho.
Tres aceleradores para la reducción de emisiones
Para abordar esta cuestión, Siemens detectó tres aceleradores para ayudar a la industria a seguir con la reducción de emisiones y la descarbonización. El primero es brindar una mayor flexibilidad en la manera en cómo se utiliza la energía, por ejemplo, adoptando soluciones de almacenamiento y habilitando plantas de energía virtuales. En segundo lugar, se necesita digitalizar las operaciones para garantizar que la energía se utilice de manera eficiente. Esto se puede lograr implementando dispositivos, sensores y software que soporten el Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés). Por último, pero no por ello menos importante, es preciso habilitar la electrificación inteligente en todas las operaciones.
De los tres, la electrificación inteligente ofrece las oportunidades más grandes de descarbonización, pero puede beneficiarse significativamente de los otros dos. Dentro de la electrificación en sí, hay dos aspectos a considerar: suministro de energía al sitio industrial, por ejemplo, oportunidades para energías renovables que no emiten carbono, como la eólica, solar e hidráulica; y la gestión de la energía in situ, como la administración de la demanda de aquélla basada en software.
“La razón por la que la electrificación puede tener un gran impacto en la descarbonización, es que la energía limpia renovable puede reemplazar los procesos previamente habilitados a través de tecnologías contaminantes, como las generadoras de diésel. Como resultado, un procedimiento que antes producía altas emisiones de carbono ahora puede producir cero, si se abastece de energía renovable”, afirma Matthías Rebellius, Miembro del Consejo de Administración de Siemens AG y Director Ejecutivo de la Unidad de Infraestructura Inteligente.
Con respecto a la gestión energética in situ, abundan las oportunidades porque se abre la puerta a la digitalización y la electrificación inteligentes. Estas últimas a su vez, brindan alternativas no sólo en eficiencia energética, sino también en resiliencia operativa y optimización de activos.
Sensores, datos e Internet de las cosas
Hacer que la electrificación sea “inteligente” significa incorporar sensores y plataformas de Internet de las Cosas que puedan recolectar cantidades enormes de datos. Éstos luego se agregan y analizan por medio de algoritmos y software para ayudar a los operadores de una planta a identificar oportunidades para hacer más eficientes los sistemas de energía de las mismas y otras operaciones más extensas.
Los resultados incluyen una producción optimizada, un menor consumo de electricidad y la identificación proactiva de situaciones que podrían comprometer la eficiencia del sistema, como fallas en los equipos.
“Si vamos un paso más lejos, la digitalización puede habilitar el desarrollo de un gemelo digital para los sistemas de energía de la planta. Cuando se combina esto con la automatización industrial, los planificadores pueden probar una variedad de escenarios operativos para encontrar la coordinación óptima de sus sistemas y servicios para minimizar los índices de error y reducir los costos de planificación, construcción y mantenimiento”, agrega Rebellius.
Huella de carbono más pequeña, impacto más grande
“La gestión eficiente de la energía es fundamental para la descarbonización del sector industrial, y la forma más eficaz de conseguirlo es la electrificación inteligente. Para los gerentes de planta, los beneficios incluyen una mayor flexibilidad de producción, la optimización del ciclo de vida y un mejor desempeño. Esto también permite eliminar el carbono a través de la electricidad verde y brinda oportunidades significativas en la eficiencia energética”, declara Rebellius.
Con la implementación de la electrificación inteligente en las plantas industriales, las compañías pueden reducir su huella medioambiental y respaldar compromisos nacionales y regionales de sustentabilidad como el llamado Green Deal en Europa.
La pandemia ___ha obligado al mundo a hacer una pausa y reconsiderar mucho sobre cómo se opera. Para las empresas industriales, ahora es el momento de construir para el futuro, incorporando la electrificación inteligente en sus planes de crecimiento y recuperación pospandémica. Los resultados no sólo beneficiarán su balance general, sino también el futuro de sus clientes, la comunidad y el planeta.