El modelo de Open Banking ha tenido un gran crecimiento en todo el mundo a lo largo de los últimos años. Se estima que el tamaño de mercado de la banca abierta alcanzará los 43 mil 152 millones de dólares en 2026, según cifras del reporte Open Banking Market by Financial Services and Distribution Channel, de Allied Market Research.
La banca abierta tiene una importante repercusión en Europa. El Reino Unido es uno de los países que muestra un desarrollo más generalizado de este modelo, con una tasa de crecimiento anual compuesto de 47%, de acuerdo al análisis Financial services unchained: The ongoing rise of open financial data de Mckinsey & Company.
En este contexto, es importante precisar las diferencias entre Open Banking y Open Finance, dos conceptos que con frecuencia se confunden; no obstante, forman parte del vocabulario actual del ecosistema fintech
“El modelo de Open Banking busca que haya un flujo transparente de información entre instituciones bancarias para fortalecer el ecosistema financiero y, con ello, promover un ambiente de mayor competitividad. En estricto sentido, el movimiento de banca abierta comenzó como una idea aplicable solamente para bancos, pero este se ha extendido a otras instituciones financieras”, explica Nick Grassi, Co-CEO de Finerio Connect, startup mexicana de finanzas integradas.
¿Cuál es la diferencia entre Open Banking y Open Finance?
En enero de 2018 se creó en Europa el primer programa para el intercambio de datos bancarios entre instituciones para promover la transparencia de información entre jugadores del ecosistema y los usuarios finales del mismo. Como la industria financiera está en constante evolución, después surgió el Open Finance para abarcar a más instituciones además de los bancos.
Aunque se trata de modelos similares, el Open Finance extiende los horizontes de posibilidades de la banca abierta para asemejar más la realidad del sistema financiero actual: una en la que modelos de negocios disruptivos, como las fintech, compiten de manera paralela a la banca tradicional.
“El Open Finance hace referencia a los mismos principios de transparencia y compartición de información que el Open Banking, pero no sólo incluye a bancos, sino a cualquier institución financiera. Esto va desde administradores de fondos de ahorro para el retiro y fondos de inversión hasta burós de crédito, casas de bolsa y fintech, con la idea de que un usuario pueda consultar y hacer transacciones de distintos servicios desde una misma plataforma”, apunta Grassi.
¿Cómo se regulan en México?
Tanto el Open Banking como el Open Finance tienen como marco normativo la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera, también conocida como Ley Fintech. Sin embargo, todavía las autoridades regulatorias tienen que establecer las reglas secundarias para su funcionamiento.
“Lo interesante de la legislación mexicana es que previó cambios en el ecosistema financiero desde su concepción y, por ello, no es restrictiva a un modelo u otro. Por el contrario, se trata de un esfuerzo que buscó incluir a instituciones financieras sin importar si se trata de banca tradicional o de modelos novedosos, privilegiando en el texto el uso de tecnología y los tipos de servicios que se ofrecen”, concluye el Co-CEO de Finerio Connect.
La ‘Ley Fintech’ se concentra en la obligación de un establecimiento de interfaces de programación de aplicaciones estandarizadas (APIs) que tiendan puentes para el intercambio de información entre instituciones financieras, particularmente en tres tipos diferentes de datos: financieros abiertos, agregados y transaccionales.
Este esfuerzo está encaminado a desarrollar el crecimiento del uso y compartimiento de datos financieros abiertos, sin importar si se trata de un modelo de Open Banking o de Open Finance.