El COVID-19 agravó el severo problema de hambre en el mundo. Según un informe de la ONU de 2022, cerca de 193 millones de personas de 53 países o territorios sufrieron hambre recientemente “en niveles de crisis o peores”.
Esto significa un aumento de 40 millones en el “año transcurrido entre 2020 y 2021”. La organización informa que 39 naciones se repiten cada año en este listado “y que su población hambrienta se duplicó entre 2016 y 2021 con incrementos constantes desde 2018”.
El emprendedurismo ha actuado en contra de esta emergencia. ProducePay es una startup con responsabilidad social y ambiental que busca acortar la cadena de suministro de alimentos perecederos para reducir su desperdicio. Fue fundada por Pablo Borquez Schwarzbeck, un agricultor mexicano de cuarta generación que se planteó ayudar a los productores a obtener mejores oportunidades de capital. Ahora se ha expandido a ciudades como Montreal, Salt Lake City, San Francisco, Los Ángeles, Tijuana, Ciudad de México y Guadalajara. También ha llegado a países como Colombia, Perú y Chile.
El reto de esta empresa fue enfrentarse a un mercado agrícola mundial de 1.3 mil millones de dólares, pero que tiene los siguientes problemas:
- Hay un desperdicio masivo de alimentos, ya que el 40% de los productos se echan a perder, aunque se les coseche pronto para minimizar el daño (lo que a su vez conduce a menos sabor y beneficios nutricionales).
- El producto promedio, que viaja 2,574.95 kilómetros hasta el consumidor, pasa por las manos de 4 a 8 intermediarios , lo que resulta en un aumento del precio del alimento de 3 a 6 veces mayor al original.
- Los productos frescos se comercializan de manera ineficiente: se carece de capital, información de mercado y acceso a socios comerciales confiables.
ProducePay busca eliminar más del 50% del desperdicio económico que producen estos factores. Esto se hace a través de un mercado digital donde los productos se compran y venden de una manera más conectada y sustentable.
También se establece una confianza con los productores para que se pueda visitar sus fincas e influir en cómo cultivan sus productos, permitiendo cumplir con los requisitos ESG únicos de los compradores en Estados Unidos y México.
Además, al productor se le da acceso al mercado; gracias a la plataforma, ellos pueden ver quién quiere sus productos y cuánto se pagará por ellos. Los compradores pueden decirles qué necesitan para hacer negocios con ellos, lo que ayuda a que cada productor pueda posicionarse estratégicamente ante más compradores.
ProducePay brinda apoyo directo a los productores, ya que su trabajo es fundamental para reducir el desperdicio de alimentos y el precio final que se le ofrece al consumidor. Con la protección comercial, se aumenta la confiabilidad y disminuye el riesgo tanto para los vendedores como para los compradores. Por ello, se dan las siguientes certezas de compra:
✅ Se asegura, inspecciona y monitorea el desempeño de las transacciones.
✅ Se mitigan riesgos
✅ Si un participante de la transacción no cumple con el acuerdo, el otro lado no sufre por ello.
Las empresas que entran al mercado de los alimentos tienen que estar cada vez más comprometidas con reducir las desigualdades frente a la crisis internacional, tanto para quien produce como para quien consume. Los intercambios más eficientes significan menores precios y menos desperdicio. En este sentido, la tecnología y la confianza en el campo son la clave para combatir el hambre en la región y potencialmente en otras partes del mundo.