Desde mayo de 2021, la administración de Joe Biden revivió un programa de ‘visado’ para
emprendedores internacionales, que desde la administración de Barack Obama se había
contemplado, pero fue zanjado de tajo durante el mandato de Donald Trump.
La International Entrepreneur Rule fue propuesta por Obama tres días antes de dejar el
cargo con el objetivo de dar asilo en Estados Unidos a empresarios internacionales por
cinco años en la medida que atrajeran al menos 250 mil dólares de capital de riesgo y
emplearan a 10 personas como mínimo. Biden enmarcó su resurrección en un discurso que
gira en torno al desarrollo de startups y a la reactivación económica de Estados Unidos tras
la crisis provocada por el COVID-19.
Técnicamente, no se trata de una visa; más bien es una suerte de ‘libertad condicional’
sujeta a una serie de requisitos. No obstante, esta iniciativa representa una oportunidad
para que las startups mexicanas lleguen al mercado estadounidense y compitan con otras
empresas.
“Lo interesante de esta categoría es que su beneficio es palpable en ambos sentidos: por un
lado, contribuye a las cadenas de valor de un mercado globalizado; por el otro, significa un
empujón enorme al fortalecimiento de emprendedores de todo el mundo, particularmente de
países en desarrollo”, considera Víctor Aguirre López, socio fundador de la firma BlackBox
Startup Law, especializada en dar asesoría a startups internacionales que operan en
México.
¿Qué beneficios puede traer a empresas mexicanas?
De acuerdo a una ‘autopsia’ realizada por CBInsights a 111 startups quebradas, alrededor
de 35% de ellas fracasaron debido a la falta de demanda de sus servicios y cerca de 20%
desaparecieron por su falta de capacidad de competir en el mercado.
El programa pretende operar como una base sólida para que los nuevos emprendedores
logren consolidar sus empresas, bajo regulación adecuada y cerca de ecosistemas
florecientes y con gran potencial de crecimiento: cerca del 50% de las startups del mundo
radican en Estados Unidos.
“Son ambientes en los que estas empresas pueden verdaderamente madurar y prosperar.
En la medida que las startups se encuentran cercanas a los hubs de sus industrias,
acceden a conocimiento y tecnología que de otro modo no podrían hacerlo. En esos
intercambios es que los emprendedores encuentran las herramientas necesarias para
perfeccionar sus productos y servicios”, explica el socio fundador de BlackBox Startup Law.
¿Cómo se puede adquirir la visa?
Los criterios de elegibilidad no son necesariamente laxos. Para calificar a esta ‘visa’ los
solicitantes deben cumplir al menos tres aspectos:
● Tener un rol central y activos en una startup creada en los últimos cinco años.
● Tener al menos 10% de las acciones de una startup.
● Demostrar que en los 18 meses anteriores a la solicitud se logró:
○ Una inversión de al menos 250 mil dólares de uno o más inversionistas
estadounidenses calificados o
○ Premios o becas gubernamentales que asciendan a 100 mil dólares.