En 2021, en México, se decretó la Ley General de Economía Circular, norma que tiene la intención de reducir el impacto ambiental derivado de las actividades económicas, minimizando el desperdicio de materiales a través de las 3Rs (Reducir, Reutilizar y Reciclar). Esta acción ha colocado al país a la vanguardia en la región de Latinoamérica, en temas relacionados con el cuidado del medio ambiente.
Lo anterior, ha permitido que México continúe en un proceso de adaptación de las normativas para generar una transformación ecológica real, que impacte en los procesos industriales; ejemplo de ello, es que, de acuerdo con el INEGI, a nivel nacional, existe un registro de 4,528 empresas recicladoras, 284 que reutilizan, 121 que recuperan y 71 que reducen y reparan. Los datos demuestran que las industrias han fortalecido sus esfuerzos para mejorar la infraestructura para el cumplimiento de las normativas, además de que una integración más profunda de sistemas de economía circular podría reflejar una mejora aún más significativa.
Interconexión Vital: Explorando la Relación entre la Economía Circular y la Energía
La integración de una economía circular en las operaciones del sector industrial debe tomarse con la debida importancia, ya que puede reducir significativamente la huella de carbono generada por las actividades industriales. El más reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), recomienda que las emisiones globales GEI se reduzcan en un 61 por ciento para el año 2050 y mediante la integración de revalorización de residuos en el sector industrial, se podría reducir hasta un 22 por ciento de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) para el año 2030, según pronósticos del Acuerdo de París.
En esta nueva ola de enfoques, las organizaciones se inclinan hacia alternativas ecológicas que no solo favorecen el cumplimiento de las regulaciones medioambientales, sino que también traen consigo ventajas financieras sustanciales para las compañías.
Como parte del compromiso por la sostenibilidad que existe en México, Veolia hizo una apuesta por el desarrollo ambiental por medio de su Centro Ambiental en San Luis Potosí, en el que la compañía busca transformar los residuos industriales en combustible formulado sólido o renovable para disminuir el uso de combustibles fósiles. Este combustible es utilizado principalmente por las cementeras para sus procesos industriales y así disminuir el uso de coque.
Con una inversión directa de 170 millones de pesos, esta planta convierte más de 40 mil toneladas por año de residuos generados por varias industrias ubicadas en el Bajío, en energía renovable para así contribuir con la reducción de emisiones GEI, convirtiéndose en un referente de contribución y preocupación ecológica para el sector industrial.
En el horizonte de un sector industrial comprometido con la ecología,Veolia aparece como faro inspirador. Más que cifras, su enfoque transformador demuestra la posibilidad real de fusionar innovación y sostenibilidad. Veolia enseña que convertir desechos en energía es forjar un futuro donde la industria y entorno prosperen juntos. Cada tonelada reciclada nos acerca a un futuro donde producción y preservación se equilibran, trazando un camino verde hacia adelante.