El consejo de administración de Telecom Italia (TIM) aprobó ayer la oferta de venta de su red fija al fondo estadounidense KKR sin esperar al beneplácito de la junta de accionistas y pese a la oposición del principal accionista, el francés Vivendi. La operación está valorada en hasta 22,000 millones de euros.
La decisión, una de las más importantes en la historia de la empresa de telecomunicaciones, se tomó después de tres días de reuniones y salió adelante gracias al voto favorable de 11 miembros del consejo, mientras que otros tres votaron en contra. KKR estima que la red fija de TIM tiene un valor de 18,800 millones, cuantía que podría incrementarse hasta los 22,000 millones en caso de fusión con Open Fiber.
Se estima que la operación, que Telecom espera cerrar en el verano del 2024, permitirá a la empresa reducir su deuda en 14,000 millones de euros, según el comunicado. No obstante, la junta no aprobó la oferta de KKR por Sparkle, la unidad de cable submarino de Telecom, y extendió hasta el 5 de diciembre el plazo para verificar la posibilidad de una oferta mayor.
Además del fondo estadounidense, la nueva empresa de telecomunicación tendrá como accionistas al Ministerio de Economía y Finanzas italiano -que ya anunció su participación en la compañía y que pasará a tener una participación de alrededor del 20 %- y al fondo italiano F2i. La decisión supone una victoria para el director ejecutivo Pietro Labriola, el principal arquitecto del plan de venta de la red, y permite al Estado italiano seguir supervisando un activo considerado estratégico para el país.
Vivendi recurrirá a la vía legal para contrarrestar la decisión
Labriola ha comentado que dos años de trabajo “duro” han culminado con “una decisión histórica” que conllevará el nacimiento de dos empresas que marcarán “el punto de referencia para la transformación digital” de Italia. En este sentido, ha argumentado que la operación permitirá “acelerar el desarrollo tecnológico” en el sector de las telecomunicaciones. “Permitimos que el nuevo TIM se centre en la innovación tecnológica necesaria para gobernar el complejo mercado de servicios digitales y desempeñar un papel de liderazgo”, ha declarado.
Por su parte, Vivendi, que controla el 23.75 % de las acciones con un 17 % de los derechos de voto, ha anunciado que “utilizará todos los medios legales a su disposición para contrarrestar la decisión y proteger sus derechos y los de todos los accionistas”, al tiempo que ha calificado la operación de ilegítima. El grupo francés durante mucho tiempo se ha opuesto a los planes de Labriola de deshacerse de la red, el activo más valioso de TIM.
La teleco italiana lleva meses intentando vender su red fija. Aunque la empresa es de propiedad privada, el gobierno de Meloni y el de Mario Draghi han desempeñado un papel clave en la elaboración de un acuerdo que posibilitara al Gobierno mantener su influencia. Tras el fracaso de diferentes opciones, el Ejecutivo respaldó el plan de KKR y preparó fondos para invertir directamente en la empresa para mantener el control.
Obtener la luz verde de la junta se volvió aún más complicado a finales del mes pasado, después de que la firma de inversión londinense Merlyn Advisors, con una participación inferior al 1% de la teleco, presentara un plan sorpresa para detener la venta y reemplazar a Labriola. Una propuesta que consiguió el respaldo de Vivendi, que ha estado pidiendo al menos 30.000 millones de euros para vender el activo.
En una declaración posterior a la decisión de la junta, Merlyn ha explicado que emprenderá acciones legales para detener la operación con KKR y ha convocado una junta de accionistas.
(La Vanguardia)