En México se necesitan hasta 80 mil millones de pesos cada año para atender la problemática de la escasez de agua, entre mantenimientos, nueva infraestructura, incluidas las fugas que representan 40%, aseguró Fernando González Villarreal, coordinador técnico de la Red de Agua de la UNAM.
Durante la presentación del análisis “Perspectivas del agua en México: propuestas hacia la seguridad hídrica”, el también director del Centro Regional de Seguridad Hídrica, indicó que dichos recursos se requieren para el mantenimiento de la infraestructura esencialmente. En segundo lugar, para construir nueva infraestructura para poder adaptar los sistemas para hacerlos resilientes, es decir, que si llega un problema de este tipo (sequía) puedo resolverlo.
Advirtió que, de no contar con dicho presupuesto, se corre el riesgo de que problemáticas de escasez de agua como la que se vive en el norte del país como Monterrey se extienda. Otras zonas críticas son parte de la Península de Yucatán, pero en general siempre se registran esta situación una vez cada 10 años, con una disminución de agua de 2 a 3 años y un déficit del 15%.
Otras zonas que, si bien no se encuentra en un grado crítico, pero sí difícil son la Cuenca del Río Lerma, Aguascalientes, Guanajuato, Guadalajara, Ciudad Juárez, Hermosillo y Reynosa.
Factores que generan la escasez de agua
De acuerdo con el documento análisis “Perspectivas del agua en México: propuestas hacia la seguridad hídrica”, las principales causas para el desabasto de recursos hídricos en el país son la sobreexplotación; mala optimización para el uso del agua en el sector agrícola; la pérdida de líquido a través de fugas por la falta de un proyecto continuo de mantenimiento a las redes de distribución y de protección de las fuentes de agua.
Aunado a las condiciones de cambio climático, afectan la disponibilidad del agua y generan riesgos a las personas y comunidades, con escenarios de sequía en el norte del país, lo que deja ver con claridad una tendencia que se está convirtiendo ya en una constante año con año.
Abastecimiento de agua en números
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), en México, 76% del agua concesionada se destina a usos agrícolas –agrícola, pecuario y acuacultura–; 15% al uso público urbano-doméstico y otros usos conectados a las redes de agua potable; 5% al uso no doméstico autoabastecido –industria, comercio y servicios–; y 4% a la generación de electricidad, excluida la hidroelectricidad.
“Las pérdidas por fugas superan el 40% del volumen de agua que ingresa en la mayoría de los sistemas de agua potable. A pesar de los avances en el desarrollo de infraestructura hidráulica, este esfuerzo no ha llegado todavía a todos los mexicanos.”
Además, 60% de los cuerpos de agua presentan algún grado de contaminación y sólo 50% del volumen recolectado en alcantarillado recibe tratamiento, esto sumado a que 71% del territorio nacional presenta grados altos de presión hídrica, al tiempo que en México hay 106 municipios con alta vulnerabilidad a sequías.
Las propuestas
La agricultura es el uso del agua que tiene los mayores volúmenes concesionados en todas las regiones hidrológico-administrativas, se señala en el documento. En este sentido, el análisis propone que al hacer más eficiente los sistemas de riego y reducir en 10% el volumen destinado a este uso, el volumen ahorrado podría destinarse al abasto de agua potable, pues representa la mitad de este uso, o sería equivalente al uso destinado para fines industriales, incluidas las plantas termoeléctricas.
El reporte también propone, como solución a la problemática, incrementar el ritmo en la construcción de infraestructura hídrica; impulsar la eficiencia de los sistemas de agua potable y saneamiento. De igual manera, invita a reducir el uso destinado al riego y establecer proyectos de sectorización, programas de reparación de fugas y adopción de tecnologías.
También es indispensable incrementar la cartera de proyectos y ritmo de construcción de infraestructura hídrica, impulsar la eficiencia de los sistemas de agua potable (proyectos de sectorización, reparación de fugas y adopción de tecnologías); así como optimizar los procesos agrícolas e industriales para la explotación del recurso.
Estas acciones permitirán contar con mayor racionalidad en las inversiones para la expansión de dichos sistemas y así generar opciones viables que respondan a las necesidades sociales y económicas del país.
De igual manera, es necesario gestionar tanto la oferta como la demanda. Además, es oportuno garantizar una sostenibilidad financiera mediante una Ley Federal de Derechos y rompiendo el círculo vicioso entre bajas tarifas y un bajo nivel de servicio.
Fortalecer gobernanza y gestión de los recursos hídricos
El análisis destaca la importancia de fortalecer tanto la gobernanza como la gestión de los recursos hídricos. Esto a través de medidas como una Ley General de Aguas para hacer vigente el acceso universal al agua y al saneamiento, conforme al mandato constitucional, estableciendo un marco regulatorio adecuado, pero sumado a las políticas, presupuestos, recursos, capacidades y herramientas que permitan a las instituciones, autoridades y prestadores del servicio, atenderlo de manera eficiente. De igual forma, invitan a construir capacidades e impulsar la innovación.
El análisis concluye que garantizar el acceso al agua segura para todos los mexicanos es un derecho fundamental. El manejo y la conservación de los recursos hídricos del país se han convertido en un factor determinante del desarrollo sostenible y no puede postergarse. Es urgente llevar a cabo las acciones necesarias para que la seguridad hídrica sea una prioridad en la agenda nacional por el bien del país y de las familias mexicanas.
El documento estuvo a cargo de Fernando J. González Villarreal, coordinador Técnico de la Red Agua de la UNAM y director del Centro Regional de Seguridad Hídrica, bajo los auspicios de la UNESCO, y contó con la colaboración de Eduardo Vázquez Herrera, director Ejecutivo de Agua Capital, Fondo de Agua de la Ciudad de México. Además, Rosa María Ramírez Zamora, directora del Instituto de Ingeniería de la UNAM, encabezó también la presentación.