La movilidad eléctrica requiere todavía de mucho apoyo del sector público, su papel es fundamental para habilitarla, ya que este momento se encuentra dónde estaba la energía renovable hace 10 años, señaló Marcelino madrigal, jefe de Energía y movilidad sostenible del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Durante su participación en la VI Semana de la Energía de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), indicó que la movilidad eléctrica requiere todavía de mucho apoyo del sector público, su papel es fundamental para habilitar la movilidad eléctrica.
De otra manera, “no se hubieran estructurado políticas, planes de transición de flota de los grandes operadores de este continente o para infraestructura de carga, ni se tendrían los 2 mil autobuses eléctricos que hay en la región.”
Por lo tanto, “el rol del sector público es fundamentalísimo en la movilidad eléctrica para poner ese marco que habilita esta nueva tecnología.”
Madrigal, consideró que “la movilidad eléctrica está donde estaba la energía renovable hace 10 años, donde aún se requería mucho apoyo del sector público, desde la política energética para reconocer el valor como una herramienta para mejorar la eficiencia energética”; así como en la parte de disminución de emisiones, combustible desperdiciado, y la reducción de ruido.
Entonces en la política energética se debe reconocer el valor de esta nueva tecnología, establecer metas cuando sea posible, sobre todo en transporte público, y la viabilidad de costo en muchos países de la región.
Después viene el marco habilitador y en donde los modelos de negocios han sido importantísimos para el despliegue de la electromovilidad. Se trata de modelos de negocios que habilitan fácilmente la financiación de largo plazo, para que nuevos sectores entren al negocio de la movilidad eléctrica.”
Indicó que esto es “muy similar a lo que hicimos en energías renovables, de encontrar instrumentos como los PPA’s, licitados de manera competitiva para traer financiamiento en nuevas tecnologías.”
También están los modelos regulatorios de transporte que deben ser desarrollados por el sector público. En ese sentido, dijo que el BID ha apoyado varios modelos, sus estrategias, los estudios para los modelos de negocio.
Además, viene todo el marco regulatorio para la infraestructura de carga que en muchos países de la región se ha avanzado en estas definiciones importante sobre lo que es el servicio de carga, si es regulado o no y en qué condiciones.
Esto es lo que habilita que se empiece a crear un sistema de infraestructura de carga, no solo para la movilidad de los buses que se lleva su marco específico y su estaciones, sino para la movilidad individual.
El sector público, citó, también es fundamental para mostrar con el ejemplo, ahí se debe crear un poco más en las flotas institucionales que se han hecho en varios países como Barbados, Costa Rica, que tienen gran cantidad de flota de vehículos institucionales, con financiamiento del BID.
En el BID reconocemos el valor del transporte público y las soluciones de movilidad eléctrica para reducir las emisiones y mejorar la calidad de los servicios, lo que es una “clara alineación con nuestros objetivos de reducir emisiones en el sector de energía y transporte si lo vemos como un combo, como uno de los principales sectores donde tenemos que acelerar la transición.”
“Tenemos más de 50 actividades en 50 países apoyando en estos ámbitos de asistencia técnica, de definición de modelos de negocio de buses, marco regulatorio habilitador para la infraestructura de carga, incentivos fiscales que muchos países se están moviendo para empujar un poco la igualdad o paridad de costos sobre todo en el vehículo individual.
Sobre todo, en un ambiente fiscal restrictivo en muchos de los países con los que trabajamos, saber si un incentivo fiscal es adecuado en este momento de restricciones fiscales. Hemos visto en países sobre todo importadores de petróleo que hay que manejar de manera adecuada la transición de un sistema para no perder ingreso público, concluyó.