Autor: Ramses Pech – Grupo Caraiva – Grupo Pech Arquitectos
Existe una gran diferencia entre transformar, y hacer una transición para algo de bien común para el planeta, y los seres vivos que habitan en este espacio del universo. Los humanoides están confundiendo estos términos en el sector energético.
Algunos países, como México, están acotando su crecimiento económico, basado en el tener una soberanía y control de las energías primarias, y no se está conceptualizando que sin el dinero, y la tecnológica necesaria, que cubra la demanda energética, no habrá forma del tener un desarrollo económico, para después incrementar la productividad del país. El 90 % de la inversión en el sector energético, es pública, y depende del presupuesto disponible, he asignado a las empresas del estado.
La soberanía y control de un país, no dependen de quién extrae, explota o invierte, para el obtener la energía primaria, y así mismo para transformar para su uso, en la cotidianidad en el mundo; depende del cuánto, cómo, y para qué lo utilizarás dentro de tu país o región geográfica en el planeta.
En los últimos meses, han dicho que en México estamos rumbo a una transición energética, basada en una transformación. La afirmación anterior; es totalmente falsa. Existe una falta de entendimiento, y comprensión, desde un punto de vista de ingeniería energética, ambiental y económica. Debido a que en México, permanece un pensamiento de planes de corto plazo, a según en cada administración en turno pretende en el crear o poseer la verdad.
Las anteriores administraciones que tuvieron a cargo los recursos naturales del país, y las actuales y futuras, adolecen de un plan del largo plazo real asociado con el peculio. Al todo, resumen el llenar en papeles, planes, presupuestos, o proyectos que no conciben, una transición energética real. Puras palabras sin fundamentos de largo plazo.
Una transición verdadera es un plan de largo plazo, basado con políticas públicas, y que permitan el reducir el riesgo financiero de una nación, al permitir que los privados lo asuman, basado en el cómo dejar de usar a los combustibles fósiles en todas las actividades de una sociedad.
Trataré de explicar que es una transición energética, y para una mejor comprensión para el entendimiento real, cuando usemos estas dos palabras de la siguiente forma:
Estos dos puntos son importantes, y es a donde, a raíz de la reforma energética realizada por parte de EUA en 2020, y los planes presentados en la administración del presidente Trump, ha dado un giro adicional para el mundo. Debiendo el comprender, que una transición energética, depende del qué, y el cómo, dejar de usar a los combustibles fósiles. El mundo financiero, energético, y económico, al parecer, las próximas 5 décadas no dejará de usar a estos.
Continuando con los puntos, ahora debemos de incluir, a los siguientes:
¿Crees que México cumple con todos los puntos?
El mundo económico, financiero, y energético, no será limitado a continuar usando recursos no renovables (combustibles fósiles), pero sí al delimitar, al cuánto, ante las guerras híbridas entre uno o varios países (energéticas-comerciales), y que están por venir en la próxima década.
La TRANSICIÓN REAL ENERGÉTICA plasmada en México hoy en día, es una simulación, debido a que solo sabe a ciencia cierta los datos de los puntos A y B, y el resto, dependerá de él el poder cumplir con base en una planeación real del largo plazo. Hoy en día, la nación importa, el 32 % de la energía requerida en las actividades. A lo cual, utiliza entre el 65 % y un 75 % del total disponible, entre lo producido, y lo traído de otros países.
¿Realmente tenemos una transición energética real, y con una base sólida de transformar el cómo lo hemos hecho, y estamos haciendo, al querer controlar al todo que no nos pertenece, según las administraciones del país? No olvidar que importamos energía primaria y secundaria, y somos contratantes de la tecnología por medio de la CFE, y PEMEX, a lo cual depende, si estas empresas, tiene el suficiente recurso asignado, para poder ser garantes de una transición energética, apegada a la realidad geopolítica en el mediano a largo plazo.