El mundo está entrando de nuevo a un periodo de incertidumbre ante las cuestiones geopolíticas de índole energética estratégica desde la guerra entre Rusia y Ucrania, como los acontecimientos en el medio oriente.
La guerra entre Israel y el grupo Hamás, se ha extendido al Medio Oriente, adicionando a un nuevo frente al grupo Hutíes de Yemen, y los cuales están afectando al comercio internacional los continuos ataques a embarcaciones que transportan petróleo, combustibles y contenedores.
El inicio de la guerra en octubre, pude observar a diferentes países, el rebote de la inflación, ante la incertidumbre presentada sobre qué tanto afectaría al mundo.
En EUA, en el mes de octubre, la inflación había bajado comparado con septiembre, pasando de 3.7 a un 3.2 %, pero al hacer más intensa la guerra en el Medio Oriente, y con la incorporación de los Hutíes, al atacar embarcaciones esta acción pudo influir en que la inflación rebotó pasando de 3.1 a un 3.4 %. Esto ha significado que el banco central, esté replanteando el cuándo podría empezar a bajar las tasas de interés, y ante el incremento de la confianza del consumidor a realizar una mayor cantidad de compras de este país, esto podría originar, el no tener cambios en el costo del dinero en el 2024.
Los precios del petróleo, ante la guerra entre Israel-Hamas, habían podido ser controlados. Todos esperaban que hubiese una estabilidad en los mercados, ante la no intervención directa de Irán, y no complicar el paso por el estrecho Ormuz. Pero las cosas han cambiado, y el mundo ha caído nuevamente en incertidumbre.
El problema, que podría durar meses, y que influye ya no solo a la industria del petróleo, sino que afecta de igual forma a la industria en general por el envío de mercancías por el estrecho de Bab al-Mandab, frente a las costas de Yemen; podría crear una afectación directa a los costos de los productos que los consumidores finales pueden tener acceso.
Los países asiáticos dependen de este estrecho para tener las mercancías, petróleo crudo y petrolíferos. Pero ante los continuos ataques a embarcaciones por los Hutíes; están incrementando los tiempos de entrega. A este desfase, se creará una disminución del consumo por las personas, al no poder tener cubiertas las necesidades del mercado en tiempo y forma. Subiendo a los costos, dando lugar a un incremento a la inflación en esta región, y la cual sería trasladado a otros países.
En el dado caso que la inflación incrementara, y un gran número de barcos dejaran de pasar a través del canal de Suez al mar rojo y de este poder llegar a Asia, el costo del dinero no bajaría, y muchos proyectos de inversiones que podrían llegar a diferentes países podrían parar, y esperar. Como lo anunció TESLA, recientemente, esperará a los resultados de la confianza del consumidor ante tasas de interés altas en su principal mercado, que es los Estados Unidos, dejando a plantas como la de México en espera a mejores condiciones del costo del dinero.
Esto debido a que hacer una inversión a una tasa de interés alta, esta debe ser trasladada al consumidor final, y poder recuperar el dinero del apalancamiento en conjunto con el interés contratado para la obra. La pregunta: ¿El consumidor podrá pagar?
Esto también afectaría a países que tienen que pedir prestado para poder cerrar el déficit presupuestal; y ahora que muchos países están por cambiar de administradores, se ha observado un incremento mayor en el gasto, ampliando la diferencia entre el ingreso y egreso programado (Déficit). Como el caso de México, que tendrá un déficit de 1.7 billones de pesos. Ante esta situación, y el vencimiento de deudas y contratar nuevas, el gran tabú a llevar lugar será a qué tasa de intereses será contratada. Colocar deuda, y decir que eres atractivo, no significa por la confianza que das, sino por los rendimientos que darás al final del vencimiento pactado, y la única forma de asegurar la confianza, es al tener suficientes reservas de dinero por una nación. Pero la pregunta es: ¿Cuánto tiempo un país podrá soportar tanto estrés presupuestal ligado a deuda?
Hoy todo el mundo está inmerso en la política social dentro de cada nación, y ante los cambios de la forma de administrar en los países que están y podrán ser, el mundo no está confiando.
No debemos descuidar lo acontecido en el mar rojo, ante la posible inflación que podrá incrementar entre un 2 a 3 % del rebote que tuvieron entre octubre o noviembre algunos países, en los que está Mexico.
Lo anterior está soportado por el aumento a las tarifas de transporte de contenedores que utilizaban el canal de Suez para transitar hacia Asia. Hoy muchas de las embarcaciones, están siendo desviadas por el cabo de la Esperanza, dando como consecuencia el incremento de costos y tiempos.
Los barcos que mueven petrolíferos o petróleo crudo, han aumentado el costo entre 1 a 1.5 dólares por barril movido, y esto podría incrementar el costo de los combustibles, y aumentar a la inflación no subyacente, y que en muchas naciones estaba siendo controlada. El efecto dominó esperado; incrementaría a la general, y la subyacente por incrementar los costos de las mercancías ligadas al transporte de estas. Ejemplo de esto, antes de los ataques de los Hutíes, transitaban por el mar rojo alrededor de 2.4 millones de barriles diarios de petróleo, hoy a lo máximo es de 1.2 MBD, y espera que pueda llegar a solo medio millón.
Respecto al costo de mover contenedores, estos son menos caros que mover hidrocarburos, debido a que es un menor riesgo.
Estos incrementos de costos afectarán directamente a países que no tienen una relación cordial con los Hutíes como los países de Europa, y a los EUA. Eximiendo a barcos con bandera rusa o algunos de Medio Oriente.
Además del incremento del costo, habrá un aumento en el tiempo de entrega de por lo menos 20 días, cuyo fenómeno, en el corto plazo, afectará a la oferta en los mercados de los países, al no poder cubrir la demanda que los consumidores exigen.
La conclusión: El bloqueo del Mar Rojo parcial hasta el momento, se puede convertir en un enorme dolor de cabeza inflacionario para el transporte de mercancías globales, y que afectará a muchas economías; si este se prolonga por gran parte del 2024. Ocasionando, en el corto plazo, cierta incertidumbre en el mundo. Que ante la avalancha récord de elecciones de este año en diferentes países para elegir a su administrador; creará certeza o dudas el que gane, en el sentido del cómo sería su política pública respecto a las finanzas, y ante esto, cómo los bancos centrales podrían ayudar para controlar a la inflación; ante cambios macroeconómicos que afecten al país en cuestión. Ante la poca movilidad que ofrece hoy día en bajar las tasas de interés por los cambios geo- políticos actuales.
Para variar, el precio del petróleo, la semana que acaba de cerrar el Brent, pasó la barrera sicológica de los 80 dólares por barril.
La inflación manda en el mundo, sin lugar a duda.