Rehabilitar las hidroeléctricas del país y realizar acciones de conservación de la naturaleza o limitar la extracción de petróleo, son insuficientes contra el cambio climático, aseguraron ambientalistas pertenecientes al Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire (OCCA). Afirmaron que México necesita una transición energética real y eso implica dejar de quemar combustóleo y carbón, e impulsar las energías renovables nuevas.
Coincidieron en conferencia de medios sobre “La apuesta de México rumbo a la Cumbre de Líderes sobre Clima”, que México no solo no ha cumplido con sus metas y carece de ambición para disminuir la contaminación, sino que está impulsando el uso de combustóleo y carbón.
Con esto, la actual política energética del gobierno federal mexicano agudiza las causas de la crisis climática y con ello vulnera diversos derechos humanos como la salud, al ambiente sano, la vida, entre otros, pues apuesta por la intensificación del uso de combustibles fósiles.
El combustóleo libera a la atmósfera grandes cantidades de dióxido de azufre, que causa irritación en las vías respiratorias e inflamación en los pulmones, y de carbono negro, un contaminante climático de vida corta (CCVC), que debido a su tamaño (cuarenta veces más pequeño que un grano de sal), puede penetrar profundamente en los pulmones de las personas, causando una disminución de la función pulmonar y el desarrollo de enfermedades como el asma, especialmente en los niños y niñas.
De igual manera, la combustión del carbón genera contaminantes tales como mercurio, plomo y dióxido de azufre. Además, el combustóleo y el carbón son causantes de muertes prematuras derivadas de la contaminación del agua y aire. De manera indirecta, toda la población sufrimos de los impactos negativos exponenciales del cambio climático en nuestros territorios.
Para Daniel Chacón Anaya, director de Energía en Iniciativa Climática de México (ICM), la propuesta del gobierno federal para que las centrales hidroeléctricas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sustituyan a las energías renovables es insuficiente.
“Esta propuesta de que las ‘hidros’ nos vienen a salvar y que van a ser las energías renovables del futuro no es cierta, no es suficiente”. Con base en información de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), expuso la sequía que prevalece en el territorio nacional. Salvo algunas excepciones, en la gran parte del país hay sequía severa con zonas que llegan incluso a la sequía extrema
Lamentó que con la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica (LIE), se tendrá una parálisis en el crecimiento de las energías renovables. “No nada más no va a crecer, sino que va a decrecer” el sector, advirtió. “Cualquier inversión necesita mantenimiento, que se le meta dinero, necesita incluso que se acreciente, pues aquí no va a haber quién se anime a hacer nada de eso y los equipos se van a quedar a lo que den y se acabó.”
Incluso, estimó para 2024, en lugar de tener 35% de energías limpias en la matriz energética, con los cambios propuestos a la LIE solo llegaremos al 21.7%. “Ya andábamos cerca del 25% en 2018 que era el límite establecido por la LIE. Bueno, ahora después de 2018 vamos de bajada, vamos disminuyendo”.
Por su parte, Anaid Velasco, coordinadora de Investigación en el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), también rechazó la propuesta presidencial de apostar por la energía hidroeléctrica, ya que no se puede resolver un problema profundizando otro, como es la afectación a las comunidades aledañas a las hidroeléctricas que no pueden utilizar el agua, conflictos y desplazamientos de comunidades, aunado al desgaste de los pozos y mantos freáticos.
Además, el Programa Nacional Hídrico 2020-2024 reconoce que el mayor volumen del agua extraída en el país; mientras la rehabilitación de las centrales hidroeléctricas no es viable porque son plantas con edad promedio de 40 años. “No podemos resolver un problema profundizando otro. Hay un problema de extracción de aguas subterráneas. Podrían ser soluciones climáticas falsas”, subrayó.
Por su parte, Stephan Brodziak, de la Centro de Análisis Públicas El Poder del Consumidor, destacó los efectos a la salud y en el medio ambiente de las emisiones de partículas de centrales termoeléctricas con base en combustóleo, como la “Francisco Pérez Ríos”, ubicada en Tula, Hidalgo.
Sostuvo que las emisiones de bióxido de azufre (SO2) de esta central representan alrededor de 95% de las emisiones presentes en la Megalópolis de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), ya que en la Cuenca de Tula se registran 143.8 mil toneladas al año (ton/a), cuando en la ZMVM es de 150.7 mil ton/a.
Algunas consecuencias en la salud de personas que viven cerca de termoeléctricas como la de Tula son el aumento en las probabilidades de parto prematuro; bajo peso al nacer por la exposición a la materia particulada 2.5 (pm 2.5), entre otros.
Ante este escenario, Brodziak indicó que lo que se necesita es dejar de quemar combustóleo y concretar una transición energética real, y no limitarse a acciones de conservación de la naturaleza (Programa Sembrando Vida) o limitar la extracción de petróleo.
Los ambientalistas señalaron que el 22 de abril de 2021, cuando se celebra el Día de la Tierra, se llevará a cabo la Cumbre Virtual de Líderes sobre el Clima convocada por el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Se espera la participación de 40 líderes mundiales de países que en conjunto emiten cerca del 80% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI), y dentro de los cuales México ocupa el lugar 12, plateen metas más ambiciosas.
Se prevé que los líderes anuncien mayores esfuerzos en mitigación y adaptación con acciones concretas como la descarbonización del sector energético y de la generación de electricidad.
De igual manera, que México tenga una política energética congruente con las necesidades ambientales y sociales, que promueva una transición energética justa y con enfoque de derechos humanos y tendiente a evitar un aumento superior a los 1.5°C, lo que permitirá mitigar los impactos negativos del cambio climático.