Si eres un emprendedor experimentado que se encuentra en búsqueda de capital de riesgo
por montos mayores a un millón de dólares, como las rondas que ofrecerá Softbank para
startups ubicadas en Latinoamérica, tienes que saber cómo funciona el proceso de Due
Diligence que realizará el fondo de capital de riesgo antes de otorgar financiamiento a tu
empresa.
Por lo general, este proceso se realiza previo a que las partes interesadas lleven a cabo una
transacción o relación comercial y puedan tomar decisiones informadas, como sería el caso
de invertir en una startup.
Para este tipo de rondas de inversión avanzadas, de Serie A en adelante, el proceso de
Due Diligence es sumamente importante debido a los tipos de inversionistas y los montos
de capital a invertir. En algunas ocasiones los fondos llegan a solicitarlo, incluso cuando
invierten con SAFE´s (convenio simple de adquisición de acciones a futuro por sus siglas en
inglés).
“El Due Diligence es un proceso de auditoría que, normalmente, se lleva a cabo entre
privados. Éste tiene la finalidad de informar a una de las partes sobre el estado actual de la
empresa en distintos aspectos: legales, contables, financieros, comerciales y demás. Si un
emprendedor quiere participar en una ronda de inversión, debe de conocer cómo funcionan
y estar preparado para afrontarlo”, menciona Víctor Aguirre López, socio fundador de la
firma BlackBox Startup Law, especializada en dar asesoría legal a startups en México.
¿Cómo es el proceso paso por paso y cuál es su costo?
Para las rondas de inversión Serie A en adelante, estos procesos se enfocan en temas
financieros, contables y legales, principalmente. Los primeros dos rubros son muy
conocidos por los emprendedores; sin embargo, el aspecto legal suele ser un problema
debido a su especificidad y la amplitud de temas que comprende.
De acuerdo con el especialista de BlackBox en el Due Diligence legal, más allá de la salud
financiera y contable de la compañía, se abordan temas corporativos, como la estructura,
los libros societarios de la empresa, contratos laborales, demandas civiles o la situación
fiscal de la empresa.
También se consideran algunos temas periféricos como el análisis del riesgo laboral (y
seguridad social) de la empresa, el estatus de la propiedad intelectual en materia de
marcas, patentes y derechos de autor, así como el impacto medioambiental de la compañía
y su responsabilidad legal.
Esta divulgación debe ir aparejada con la firma de un convenio de confidencialidad entre las
partes para proteger al emprendedor al momento de compartir información sensible de su
empresa.
El inversionista líder (lead investor) es el encargado de solicitar y contratar al despacho
legal encargado de realizar el Due Diligence. La firma en adición a revisar toda la
documentación proveída, también indagará en diversos registros públicos a fin de detectar
factores que puedan comprometer o modificar la transacción.
Este proceso puede tardar de dos a seis semanas, dependiendo de la complejidad del caso
y se sostiene paralelamente a las negociaciones entre el emprendedor y el inversionista
líder.
El costo de esta clase de Due Diligence (financiero, contable y legal) es variable. Puede ir
de un monto fijo (de 20 mil dólares aproximadamente) hasta un porcentaje del valor de la
transacción, dependiendo del caso.
¿Qué puede retrasar el cierre de una ronda de inversión?
El objetivo del Due Diligence es encontrar información que pueda representar un riesgo
para la propia startup (y su modelo de operación) y consecuentemente para los inversores.
Por lo anterior, generalmente a los emprendedores se les pide solucionar los problemas
identificados con antelación al cierre de la ronda de inversión. De acuerdo con BlackBox
Startup Law, los nueve asuntos más comunes que se suelen identificar son los siguientes:
1. No llevar actualizados los libros societarios.
2. No tener los títulos de las acciones expedidos.
3. No haber dado aviso al SAT o a la autoridad competente en materia de inversión
extranjera de aumentos de capital o haberlo reportado inadecuadamente.
4. No ser propiamente el titular del dominio (domain name) o dominios de internet que
utiliza la startup.
5. No tener registrada la marca, tenerla registrada en una clase inadecuada.
6. No tener registrada la propiedad industrial (patentes y diseños industriales) o los
derechos de autor (en específico los programas y softwares) que acrediten la
titularidad de la propiedad intelectual por parte de la startup.
7. No contar con una cláusula de cesión de derechos de propiedad intelectual en los
contratos de trabajo respectivos, tanto para cofundadores como para empleados.
8. Utilizar servicios de outsourcing de forma incorrecta, es decir, con empresas que no
estén inscritas en el REPSE.
9. No llevar adecuadamente la contabilidad, ni las retenciones aplicables a empleados
por el Impuesto sobre la Renta y las cuotas obrero patronales.
En este sentido, estas son siete claves que BlackBox Startup Law comparte para tener éxito
en el Due Diligence:
1. Antes del Due Diligence, se debe realizar un checkup legal con un despacho legal
especializado que ayude al emprendedor a realizar las modificaciones y mejoras
necesarias para cumplir con los requisitos legales de los inversionistas.
2. Llevar un correcto control, actualización y mantenimiento de los libros societarios
antes, durante y después de haberse realizado el Due Diligence: principalmente
tener los libros de variaciones de capital y acciones actualizados y los respectivos
títulos de acciones expedidos.
3. Dar aviso al SAT, de forma oportuna y correcta, sobre un aumento de capital en la
startup, al igual que a las autoridades competentes en caso de inversiones
extranjeras.
4. Adquirir por el fundador principal todos los dominios de internet que utiliza la startup.
5. Iniciar o concluir con los trámites de solicitudes de marcas, patentes, diseños
industriales y derechos de autor.
6. Modificar los contratos laborales que sean necesarios e incluir una cláusula de
cesión derechos de propiedad intelectual a favor de la startup, principalmente para
todos aquellos cofundadores o empleados que desarrollen propiedad intelectual del
producto o servicio.
7. Suspender temporalmente los servicios de outsourcing que se estén utilizando y de
preferencia contratar directamente a todo el personal.