En su decisión de política monetaria del mes de febrero de 2025, Banxico aprovechó la pausa en los aranceles impuestos por Trump, el pasado 1 de febrero, para que la política monetaria sea menos restrictiva, dando un respiró a la tasa real exante. En el horizonte se ven mayores presiones inflacionarias y una desaceleración económica de México. En la reunión monetaria ya participó Gabriel Cuadra García como nuevo subgobernador de Banxico, es claro que la Junta de Gobierno tiene un sesgo claramente “dovish” y el subgobernador J. Heath parece ser el más “Hawkish” de la Junta.
Dr. Pablo López Sarabia, profesor-Investigador de la División de Ciencias Económico Administrativas (DICEA), Universidad Autónoma Chapingo.
Banxico en línea con las expectativas del mercado, recorta su tasa de referencia 50pb para ubicarla en 9.50%; la única sorpresa fue el voto en contra del subgobernador Jonathan Heath. En su reunión de política monetaria del 6 de febrero, Banxico bajó su tasa de fondeo a un día a un nivel del 9.50%, reflejando la expectativa del mercado y la pausa en los aranceles anunciados por la administración Trump 2.0. En su comunicado, el banco central reconoce una desaceleración de la economía y del mercado laboral mexicano, aunque la resiliencia de la economía de EUA es un claro amortiguador. Las proyecciones de inflación se encuentran ancladas y la convergencia a la meta de inflación será en el 3T2026. En la reunión monetaria, ya se incorporó Gabriel Cuadra García recién nombrado subgobernador de Banxico, votando a favor del recorte de 50pb, mientras que J. Heath votó en contra, considerando que era mejor cortar solamente 25pb, será interesante ver la minuta, pero seguramente percibe más riesgos en la inflación y muestra su sesgo claramente “Hawkish”.
En la reunión de Banxico del 27 de marzo de 2025, la apuesta es otro recorte de 50pb, aunque desde mi punto de vista será dependiente del escenario que tome la imposición de aranceles de la administración Trump 2.0; aunque, con una Junta de Gobierno claramente “dovish” podría materializarse el recorte, aún con aranceles de EUA. En su balance de riesgos el banco central reconoce que la actividad económica tiene un sesgo a la baja, situación que podría reducir las presiones inflacionarias por el lado de la demanda, ya que la brecha del producto mostraría holgura. Sin embargo, el balance de riesgos para la inflación muestra un sesgo al alza, ya que la apreciación del dólar y la volatilidad cambiaria del peso implicaría una depreciación del tipo de cambio y riesgos de traspaso del tipo de cambio a la inflación. Las tensiones comerciales y geopolíticas de la administración Trump 2.0 podrían afectar las cadenas de suministros y generar una presión de costos que impulse la inflación. Al tiempo que una reducción de migrantes podría afectar el mercado laboral de EUA e incrementar los costos salariales impulsando a la Fed en mantener su pausa monetaria o en caso extremo subir su tasa de referencia, afectando la función de reacción de Banxico en términos de la política monetaria relativa.
Finalmente, es importante resaltar que la economía mexicana tiene amplias reservas internacionales, una línea de crédito con el FMI, así como una línea swap con el Tesoro de los EUA que representan una defensa contra la volatilidad en los mercados locales, aunque el futuro es incierto (un elemento clave será la consolidación fiscal de México y la calificación soberana de México que es dependiente de las acciones que se realicen con PEMEX).