Los anuncios de “Estado de Alerta del sector eléctrico y los “Estados de Emergencia del sector eléctrico” no se pueden evitar, el sector eléctrico trabaja al “filo de la navaja” por la falta de inversión en los últimos cinco años, dice Rolando Fuentes Bracamontes, experto en economía y política energética del EGADE Bussines School del Tecnológico de Monterrey.
No es el calor, no son las nubes, no es mayo, no es la falta del horario de verano, es un problema estructural, cuando se suspendieron las subastas eléctricas en el 2019, pero no se sustituyó este instrumento que hiciera crecer la oferta de generación, explica el especialista. “La oferta es muy rígida y demanda es volátil”. Y si la crisis no llegó antes fue por la pandemia.
Hoy todos pagamos las consecuencias. ¿Cuánto cuesta un apagón? No es fácil cuantificar, pero la “electricidad más cara es la que no se tiene”, explica Fuentes Bracamontes, datos de la CFE indican que los apagones afectaron al 5% de la población -unos cinco millones de personas-, algo como una ciudad más pequeña que Guadalajara.
Pero están las otras variables, para satisfacer las demandas pico se utilizan las tecnologías más caras y contaminantes, y los costos para las personas y las empresas, que invierten paneles solares, baterías, entro otros.
En el corto plazo, vienen las lluvias y las temperaturas van a bajar, pareciera que el problema se solucionó, pero es un problema que aparecerá el próximo año. La primera llamada fue en el 2023, en el 2024 de nueva cuenta sucede, sino se hace algo, en el 2025 volverán las alertas y las emergencias.
En el escenario de una mayor demanda de energía por nearshoring, crea incertidumbre y es una mala señal para los inversionistas.
Los proyectos a gran escala serán una solución para los próximo cuatro o cinco años, dice Rolando Fuentes, nuestra propuesta es implementar proyecto de generación distribuida con paneles solares -que es una tecnología madura y costo competitivo- en los hogares financiados con los subsidios a la electricidad.
Estudio publicado por el Oxford Institute for Energy Studies