Jessica Jiménez
Directora de Asesoría en Sostenibilidad de KPMG en México
En el marco de la 26.a Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2021 (COP26), se analizó el panorama actual sobre los efectos del calentamiento global, sus consecuencias y las acciones urgentes para mitigarlos.
La reunión quizá fue la más importante desde la COP21, edición en la que se estableció el Acuerdo de París con la intención de responder ante el aumento acelerado que vivimos de la temperatura media y que trae consigo graves repercusiones para el planeta y quienes lo habitamos.
Las sequías, inundaciones, olas de calor extremas y el aumento de los niveles y temperatura de los océanos no solamente afectan a los ecosistemas, sino también a la economía de todos los países, la salud de los seres humanos, las cadenas de suministro y la accesibilidad a lo recursos naturales.
De acuerdo con el último informe publicado por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas, la temperatura promedio del planeta está aumentando más rápido de lo que se esperaba y la única forma de detenerla es eliminando las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Sin embargo, las implicaciones de esta meta son muchas y, para lograrlo, se requiere un alto grado de compromiso por parte de los gobiernos, las empresas y la sociedad en general.
Acciones que suman
Un paso clave para que las empresas inicien la gestión de riesgos y oportunidades con respecto al cambio climático es identificar las fuentes de emisión y realizar mediciones precisas. Contar con un inventario de emisiones que responda a metodologías formales, validadas preferentemente por un tercero, permite a las organizaciones entender la magnitud de los impactos que genera en su operación.
Posterior a esto, es importante que desde la Alta Dirección se determine cómo se abordará el tema, tanto para implementar acciones de mitigación (derivadas de sus propias emisiones de GEI) como para identificar los peligros que pueda sufrir la organización en los diferentes escenarios climáticos (incremento de la temperatura en 1.5 ºC, 2 ºC o más). Al mismo tiempo, se deben determinar las posibles oportunidades de mercado ligadas a estos nuevos escenarios.
Una vez contemplados los puntos anteriores, cada organización tendrá que establecer métricas y objetivos para abordar los riesgos y posibles estrategias relacionadas con el clima, y divulgarlos de forma precisa mediante reportes anuales.
Los Task Force on Climate-Related Financial Disclosures (TCFD) nos ofrecen una metodología útil para abordar el calentamiento global de forma estratégica, permitiendo que la organización, inversionistas y grupos de interés con los que se relaciona cuenten con información relevante para la toma de decisiones.
Se espera que la COP26 acelere las acciones mundiales que buscan moderar los efectos de la crisis climática, los cuales resultarán en grandes retos para la población, sin importar si se trata de administraciones públicas, organizaciones o individuos.
La problemática es inminente y debe atenderse cuanto antes, considerando que todos estamos expuestos a las consecuencias devastadoras de un aumento desmedido de la temperatura media mundial. Tomar acciones inmediatas al respecto ya no es una buena práctica organizacional, hoy se trata de una necesidad para asegurar la sostenibilidad en el futuro.