Aquí hay cinco conclusiones clave del Brief:
Acelerar la energía renovable: hay obstáculos significativos en la cadena de suministro de energía renovable que obstaculizan el ritmo y la escala de la transición a la energía limpia. El mundo necesita duplicar el uso de fuentes de energía renovables para lograr cero neto, abordar la pobreza energética e impulsar y diversificar la combinación energética mundial. A corto plazo, debemos centrarnos en la gestión de la demanda en los países desarrollados para ayudar a reducir la demanda agregada y planificar el invierno sin más aumentos de los precios.
Uso eficiente de los recursos: a medio plazo, debemos centrarnos en reducir las fugas de gas. Se estima que se podrían obtener 90,000 millones de dólares en ingresos reduciendo la quema de gas natural y las fugas de metano a lo largo de la cadena de suministro de energía. Al dar prioridad a la lucha contra el desperdicio de energía, los responsables políticos y los productores pueden afectar a una reacción más rápida a la crisis actual que ampliando la nueva exploración y producción.
Vigorizar el capital en condiciones favorables comprometido: las inversiones desembolsadas por el Banco Mundial, el Banco Asiático de Desarrollo y el Banco Africano de Desarrollo siguen estando por debajo del 35 por ciento de los compromisos asumidos. Si bien las limitaciones varían según la región, el sector y el proyecto, de los 36,300 millones de dólares comprometidos desde 2020, solo se han desembolsado 12,800 millones de dólares. Esta es una limitación clave para crear la infraestructura habilitadora necesaria, así como para avanzar en las opciones de financiación combinada para crear un entorno de inversión más favorable para la inversión privada en energía limpia. La transición a la energía verde requiere la reestructuración de la financiación pública, privada y multilateral para generar la inversión necesaria.
Aprovechar la fijación de precios del carbono: los mercados de carbono están ganando terreno como una forma crucial de canalizar la financiación a los países en desarrollo para el uso de energía limpia y la reducción de carbono. El gobierno debe emplear una fijación efectiva de precios del carbono que puedan adoptar la forma de impuestos progresivos, como los impuestos sobre el carbono, el verde y los impuestos especiales sobre los combustibles. Los países en desarrollo necesitarán un apoyo significativo para lograr dichas transformaciones.
Aumento de la financiación: las inversiones en energía limpia en las economías emergentes y en desarrollo disminuyeron a menos de 150,000 millones de dólares en 2020, con solo un ligero repunte en 2021. Alrededor del 70 por ciento de las inversiones adicionales en energía deben tener lugar en economías emergentes en las que la financiación es limitada y el capital sigue siendo más costoso que en las economías avanzadas. Los mercados de deuda sostenibles pueden desempeñar un papel importante para cerrar este déficit de financiación y deben aprovecharse para financiar las fuentes de energía renovables, el acceso a la energía y las tecnologías de eficiencia energética.